A raíz de las fuertes críticas que han recibido los cuatro magistrados de la Sala de lo Constitucional, por su resolución que pone en peligro la continuidad de los partidos Cambio Democrático (CD) y Social Demócrata (PSD), en uno de los cuales estaba por inscribirse Nayib Bukele para participar en las elecciones presidenciales de 2019, hoy los magistrados dicen que “no han ordenado nada” y que será decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
La ambigüedad de los de la Sala de lo Constitucional, que culminarán sus 9 años el próximo domingo, no es nada sana, es más, nos parece perverso. ¿Por qué? Porque le tiran la pelota a los magistrados del TSE, en una coyuntura muy delicada, pues han transcurrido tres años desde que el TSE pidió opinión a la Sala en cuanto a si el artículo 47 de la Ley de Partidos Políticos era o no constitucional.
En esos tres años han transcurrido muchas cosas, entre estas, que dado que la Sala no respondió a la solicitud a tiempo, el TSE permitió que Cambio Democrático (CD) participara en las elecciones del 4 de marzo, lo mismo que el PSD, y el primero obtuvo un diputado propietario y uno suplente, mientras que el otro partido participó en coalición con otros partidos políticos.
Que la Sala resuelva tres años después que el artículo de la ley electoral, arriba citado, es constitucional, es como decir que Cambio Democrático y el PSD deben ser eliminados del tinglado político electoral.
“Aquellos partidos que no gocen del favor de la ciudadanía establecido en la ley deben ser cancelados. La Sala no ordena cancelar ni que se subsista el partido político (CD)”, ha dicho insistentemente en las últimas 48 horas el magistrado Sidney Blanco.
En esas declaraciones hay dos afirmaciones contradictorias y, por lo tanto, peligrosas. Por un lado alude a que los partidos que no gozan del favor de la ciudadanía, es decir, los que no recibieron los suficientes votos en la elección que motivó la consulta a la Sala, deben ser cancelados. Pero, luego dice que ellos no están ordenando cancelar o que subsista Cambio Democrático.
La Sala entonces deja en aprietos al TSE, ojalá y estos tomen la decisión más sabia, sin dañar la democracia y sin afectar a un posible candidato.