La Habana/Prensa Latina
La salud pública continúa hoy muy afectada por el bloqueo de Estados Unidos sobre Cuba, que solo en los primeros siete meses de 2021 causó pérdidas por más de 113 millones de dólares al sector.
Así lo refleja el informe en el cual se reclama el levantamiento de esa política de Washington hacia la isla, y que Cuba presentará en los próximos días ante la Asamblea General de las Naciones Unidas por trigésima ocasión.
En el caso de este sensible sector los principales daños obedecen a la imposibilidad de adquirir tecnología médica de procedencia estadounidense o con más de un 10 por ciento de componentes de ese país.
Así, las medicinas, equipos, dispositivos médicos, reactivos y otros insumos utilizados en la atención de salud Cuba debe adquirirlos en mercados muy lejanos y en muchas ocasiones con intermediarios, lo cual aumenta considerablemente los precios.
Las autoridades de la nación caribeña han denunciado reiteradamente que la guerra económica viola el derecho a la vida y a la salud de los cubanos.
Esto se evidenció de forma brutal en medio de la pandemia de Covid-19, que fue aprovechada de forma oportunista por el gobierno de Estados Unidos para arreciar aún más el cerco a la isla, a despecho de las consecuencias que ello pudo tener sobre la vida de miles de personas.
El país debió enfrentar la escasez de medicamentos y equipos médicos, incluyendo suministros de oxígeno y ventiladores pulmonares imprescindibles para atender a los pacientes con Covid-19, así como materiales de protección, piezas de repuesto, combustible, electricidad, y otros muchos recursos indispensables para el funcionamiento del sistema de salud.
Según destaca el informe, en medio de la pandemia el gobierno de Joe Biden ordenó una revisión del impacto de las medidas coercitivas unilaterales que limitan la capacidad de los Estados para enfrentar la enfermedad, pero Cuba fue excluida de ese proceso y tales disposiciones se mantuvieron sin cambios.
En 2020, para enfrentar la pandemia, Cuba invirtió 102 millones de dólares no previstos en el presupuesto, para comprar reactivos, equipos médicos, medios de protección, material gastable y medicamentos, y otros 82 millones en la primera mitad de 2021.
Pero para ello debió sortear innumerables obstáculos para acceder a proveedores, trabas a las operaciones bancarias, elevados precios y otros inconvenientes derivados del bloqueo incluida la persecución a las transacciones financieras por todo el mundo, lo que repercute en el desenvolvimiento normal del comercio de la isla.
Con un esfuerzo descomunal los científico cubanos lograron desarrollar cinco candidatos vacunales contra la enfermedad, de los cuales tres fueron fueron aceptados por la Autoridad Reguladora de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos de la República de Cuba para su uso de emergencia (Abdala, Soberana 02 y Soberana Plus).
Con ello Cuba se convirtió en el primer país de América Latina y el Caribe en disponer de sus propias vacunas, y también el primero a nivel mundial en realizar una campaña de vacunación masiva contra la Covid-19 en menores de dos a 18 años, éxitos alcanzados pese a las enormes trabas impuestas por Washington.
En contraposición a esa política Cuba aumentó su apoyo a la lucha contra la Covid-19 con el envío de unos cinco mil médicos a más de 40 países que solicitaron ayuda, ejemplo que se revirtió en una vasta solidaridad internacional hacia la isla de gobiernos, amigos y organizaciones solidarias y asociaciones de cubanos en el exterior.