Es necesario agregar unos pocos y breves conceptos sobre la Salud Mental de la mujer embarazada para prevenir en lo posible su emergencia.
Es un hecho ya conocido que las enfermedades que afectan el área biológica, social y psicológica son capaces de producir cambios en la conducta de una mujer embarazada.
Para citar alguno: un embarazo es una carga de stress o presión, tensión o de preocupaciones para la mujer, la pareja, la familia y hasta la sociedad, pero es a la mujer a quien afecta con toda su intensidad.
Dependerá de muchos factores y de la intensidad con que se afectan estos factores y así será el grado de afectación de la salud mental: enfermedades orgánicas y hormonales, la edad de la mujer al salir embarazada: adolescente o añosa, el grado de educación, las condiciones económicas de la pareja, su familia y la economía del país; el respeto, las consideraciones y comprensión de su pareja; la aceptación o rechazo del embarazo; los antecedentes de abortos, ya sean estos espontáneos o provocados, legalizados o no por las leyes del hombre; los antecedentes familiares de trastornos mentales en la familia, epilepsias, el uso o dependencia de drogas.
Estos y otros factores que no es posible enumerar en este momento son capaces de provocar alteraciones en la conducta en una mujer embarazada. Tristeza, enojo, depresión, angustia, ansiedad, labilidad emocional o llanto fácil, pérdida del apetito o aumento del mismo con aumento de peso corporal, insomnio, diarrea simple o estreñimiento. Estas son algunas de las manifestaciones más visibles y más ocultas que un pediatra debe de tomar en cuenta en su consejería prenatal.