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La sazón de doña Clarita

 

Marlon Chicas – El Tecleño Memorioso

“A mí me gustan las pupusas, con curtido y salsa de tomate, a mí me gustan las pupusas, y tomarme una taza con café, a mí me gustan de queso, revueltas o de chicharrón” popular canción de la extinta agrupación salvadoreña Espíritu Libre, que alude a tan sabroso plato típico de nuestro país.

Como es costumbre, todos los años por decreto legislativo se celebra el segundo domingo de noviembre el Día Nacional de las Pupusas, en la que se desarrollan actividades gastronómicas en torno a este manjar, en municipios como Olocuilta en el departamento de La Paz y Planes de Renderos en San Salvador.

En Santa Tecla, la tradición recuerda a algunas mujeres que descollaron en este rubro como Margoth Portillo de Castellanos de quien escribiré más adelante, así como otras destacadas féminas que supieron dar ese toque especial a este tradicional platillo en nuestra amada ciudad.

En esta ocasión, toca en turno conocer la vida de doña María Clara González Monterrosa, tecleña de corazón, quien continúa a sus 86 años, deleitando el paladar de propios y extraños en nuestra ciudad, con lo que ha prolongado el legado de su amada madre y con el que sacó adelante a sus 4 hijos Clarita, Ramón, Emilio y Verónica.

Doña Clarita González nació un 18 de agosto de 1937, fruto de la unión de doña Rosenda Monterrosa (+) y José Anacleto González (+), realizó sus estudios en la Escuela Luisa de Marillac. Comenzó a trabajar a temprana edad junto a su progenitora quien le inculcó el amor al trabajo y oficio de elaboración de pupusas en el Mercado Central de esta localidad.

En un inicio elaboró refrescos de horchata, cebada, ensalada y guanaba, con lo que sacó adelante a su descendencia, ya que su esposo madrugaba a trabajar y retornaba tarde a casa, por lo que doña Clarita debía combinar sus tareas en el cuido de su prole y su negocio de néctares. Con el pasar del tiempo su predecesora le heredó su puesto de trabajo en el antiguo mercado tecleño, debiendo pasar 8 años en una galera sobre la 1ª avenida norte, esquina opuesta a una reconocida panadería de la ciudad.

En 2001 resultó afectada por el terremoto que asoló La Ciudad de Las Colinas, en donde perdió la mayoría de sus pertenencias de trabajo, sin embargo, ello no amilanó sus fuerzas y ganas de seguir adelante; con el conocimiento adquirido de su antecesora no dejó de hacer pupusas, que la han llevado a ser una de las más solicitadas en el Mercado Dueñas de esta ciudad.

Durante 22 años sigue seduciendo al paladar más delicado con la variedad de sus ricas pupusas en el mercado antes mencionado, en el pasillo #2 puestos 177 y 178 de dicho lugar, en la que sus comensales disfrutan de estas exquisiteces.

¡Doña Clarita, ejemplo de trabajo y superación!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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