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Clara María Hermida presenta el libro El Salvador 20 años en la memoria. Foto Diario Co Latino/Juan Carlos Villafranco.
Clara María Hermida presenta el libro El Salvador 20 años en la memoria. Foto Diario Co Latino/Juan Carlos Villafranco.

La solidaridad se escribe con amor

@pmeza1

Clara María Ermida, nurse de origen español, viagra se llevó un promedio de 3 años “persiguiendo”  los testimonios que le darían vida a una obra literaria que cuenta las vivencias de la solidaridad internacional fusionadas con las realidades del pueblo salvadoreño, durante el final de la guerra, los acuerdos de paz y su reconciliación.

“Estas experiencias nacen del corazón” afirmó el embajador de España, Francisco Rabena, quien comentó el libro “20 años de Memoria”, durante la presentación del mismo, en el auditorium Segundo Montes, de la Universidad José Simeón Cañas (UCA).

La guerra en El Salvador inició en la década de los 70, entre las fuerzas beligerantes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y que dejó por lo menos 70 mil víctimas entre muertos y desaparecidos.

Durante este proceso hubo mucha ayuda internacional, entre la que destaca la española.

“Las lecturas me han impresionado, me han hecho recapacitar hacia donde queremos avanzar”, dijo el embajador, mientras reconocía el compromiso de España con este país durante la guerra y hoy en la consolidación de la democracia.

Las historias en este libro narran el final de una guerra, los acuerdos de Paz y la invasión de proyectos para reconstruir una nación que pese a su limitado territorio tiene mucho que contar a través de la memoria histórica recopilada en el libro

Para Jon Sobrino estas memorias son una obra real,  escritas desde el corazón, ya que hablan en sus relatos de cosas que fueron reales  y  que ayudan a que esa historia se haga presente en vidas comunes, pero también en otras escritas con  nombres entrañables como el de Rufina Amaya, Jon Cortina, el padre Ignacio Ellacuría entre otros.

Sobrino señala que la bondad tiene una necedad intrínseca y no crece por ayudas, sino por la verdad y las experiencias compartidas.

Por lo que afirma que este libro  enseña a no engañarse con facilidad, porque el mundo no está  bien.

Jon Sobrino,  sacerdote Jesuita, expone durante la presentación  del libro El Salvador 20 años  en la memoria,  de Clara Maria Hermida.  Foto Diario  Co Latino/Juan  Carlos Villafranco.
Jon Sobrino,
sacerdote Jesuita, expone durante la presentación
del libro El Salvador 20 años
en la memoria,
de Clara Maria Hermida.
Foto Diario
Co Latino/Juan
Carlos Villafranco.

“Venimos de España con generosidad y no sabíamos a donde vendríamos, veníamos a hacer algo y nos encontramos con gente que nos dio algo”, añadió.

Y dejó claro que una cosa es ayudar, cooperar, pero otra es solidaridad y eso es lo que hicieron los médicos, profesores, hermanas religiosas, sacerdotes entre otros, que vinieron al país para demostrar que la democracia es buena, pero es mejor la humanidad y  sabernos humanos unos de otros.

Este libro puede ayudarnos a ser humanos, con esa utopía es posible, afirmó Sobrino.

“Este libro es transparente… son relatos realmente emocionantes. Todavía nos comunican verdades importantes sobre el país y sobre los seres humanos que lo componemos, su grandeza de ánimo y su mezquindad¨, cita Sobrino en el libro.

“Los relatos de este libro dejan hablar a la realidad encubierta e ignorada según pasa el tiempo. Sin saberlo, los autores son instrumentos de que se cumpla lo que el teólogo Karl Rahner escribió hace medio siglo: la realidad quiere tomar la palabra”, añade.

La idea de hacer este libro “surge de la gente internacional que estábamos trabajando aquí, entre finales de la guerra y principios de los acuerdos”, cuenta la escritora.

Y así fue que con la firma llegaron muchos con el tema de la reconstrucción y  me emocionaba la gente internacional que aquí estaba colaborando desde varios ámbitos, dijo.

Y esta idea pasó por la cabeza de mucha gente, en el momento que ella  regresó a España lo vio como su proyecto.

Para Clara, el libro es una aportación, es una memoria colectiva a la memoria histórica de El Salvador y pretende que  ayude a comprender la historia de este país, pero además espera que a nivel internacional sea memoria en nuestros continentes.

Las historias captan un mosaico de experiencias, lugares, períodos cuenta Ermida, que recuerda que la primera etapa fue lo más bonito porque estaba refugiada en mesa grande y se ubicó entre la zona de Aguilares y Tacachico.

La escritora cuenta que hubo una sintonía con un pueblo que la ayudó a crecer, y que al irse se llevó  una maleta para seguir viviendo y cada  uno de los días que continuaron tenía un poquito de El Salvador.

Clara vino al país con 26 años, recién egresada en pedagogía, estuvo 11 años  en el país y hoy en su segunda venida,  trabaja con un proyecto de salesianos.

“Cada uno de los capítulos los voy introduciendo y voy haciendo una relación entre la biografía de aquel periodo de El Salvador y mi propia biografía, para hacer una relación entre ambas”, agrega.

El Embajador de España añadió que este  libro es  de obligada lectura para conocer la historia reciente de El Salvador y también para preguntarnos sobre su presente y futuro.

Rabena señala que el libro plantea cómo ha evolucionado el país desde los 80 y que le ha abierto los ojos sobre muchas de las realidades que se tienen hasta este momento.

El funcionario califica la entrega de sus compatriotas como una “tarea de amor”.

“Yo creo que todos los españoles y gente de otros países lo hicieron con espíritu de generosidad y solidaridad. Vinieron para aprender de esa paz extraordinaria y que llamó la atención en aquel momento fue un viaje de ida y vuelta”.

Rabena afirmó que el principal legado es reafirmar que todos somos uno, que no hay islas, que los conflictos, las dificultades, los desafíos de cada parte del mundo son de todos y hay que colaborar para salir adelante.

Este es el testimonio de los que narran sus experiencias, y donde  le impresionaron todas, entre ellas el asesinato de los jesuitas.

Son historias de personajes agradecidos y la experiencia les tocó a ellos que salieron de aquí con la sensación de haber ganado, agrega. Pero todavía queda mucho por hacer, sobre todo porque este año se cumplen 25 años de la muerte de los jesuitas y este debe ser un recuerdo de interpelación para seguir actuando.

Las memorias escritas en esta obra son de personas de España, Madrid, Barcelona, Cádiz  pero también alemanes, holandeses, un jesuita y un chileno, que también formaron parte de la memoria de este país.

El libro se  presentó en El Salvador, pero antes se hizo en Madrid, en las Casas de la Américas, y en Victoria, en mayo.

En su lectura, el libro va mostrando la inmensa gratitud de aquellos soñadores que decidieron venir al país a ayudar y encontraron no solo necesidades, si no también sufrimiento y entereza en el pueblo de un país que no figura a nivel mundial.

Ellos vinieron a compartir lo que sabían, pero también se fueron llevándose muchas experiencias para su vida, es una de las conclusiones del libro que tuvo que esperar  20 años para ver consolidado el sueño de un grupo de españoles que decidieron contar, a través de sus testimonios, la historia de El Salvador. Esa historia que cambió sus vidas y les permitió compartir sus testimonios.

En el libro se encuentran  61 testimonios que tratan de llevar al lector  a las vivencias que hombres y mujeres solidarias compartieron con el pueblo salvadoreño. Recuerdos, sentimientos y reflexiones se plasman  en la obra cargada de la solidaridad y que ahora, al igual que la guerra, sus víctimas y su reconciliación, forman parte de la memoria histórica del país, para recordar que la solidaridad no es solo ayuda, sino amor.

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