Mauricio Funes
Expresidente De La República De El Salvador
Uno de los saldos negativos del año que termina es sin lugar a dudas el deplorable papel jugado por algunos medios de comunicación, cure sobre todo escritos, ampoule en dos momentos electorales que ha vivido y continúa viviendo el país.
Me refiero tanto a la campaña electoral para las elecciones presidenciales del 2014 como a la campaña adelantada que estamos presenciando los salvadoreños de cara a las elecciones del próximo año.
Un eslabón y pieza clave del engranaje electoral del partido de la oligarquía ha sido, y sigue siendo, la cobertura electoral, supuestamente profesional e independiente, de los grandes medios de comunicación, especialmente de El Diario de Hoy y de su careta digital, elsalvador.com.
Estos medios se ufanan de ser algo así como la “salvaguarda” de la democracia en nuestro país, siguiendo la tradición de medios similares en otros países del continente.
Sus editorialistas y columnistas se esfuerzan por navegar con bandera de independientes, cuando todos sabemos los vínculos orgánicos que mantienen con el partido ARENA, ya sea por su lealtad derivada de los emolumentos que reciben de ese partido político, o bien, porque en el pasado sirvieron a los intereses de la derecha oligárquica como funcionarios públicos.
Pero más allá de esa complicidad que mantiene con estos intereses a través de los posicionamientos ideológicos que transpiran cada uno de sus artículos de opinión, este medio de comunicación ha mantenido a lo largo del año una cobertura periodística abiertamente tendenciosa y sesgada, con el propósito de favorecer las posiciones electorales de ARENA y provocar el desgaste del partido en el Ejecutivo.
A principios del 2014, poco antes de la segunda vuelta para las elecciones presidenciales, El Diario de Hoy, más que cualquier otro medio, desató una intensa persecución mediática contra el principal vocero de dos destapes gubernamentales en tiempos del ex presidente Flores, que estaban a punto de provocar la derrota electoral del candidato presidencial de ARENA.
Fue en ese momento que a raíz de un percance inesperado que sufrí en mi casa de habitación, este periódico construyó toda una versión novelesca del mismo con el propósito de vincularme a un accidente automovilístico que había ocurrido horas antes, en las inmediaciones de la Residencia Presidencial.
El accidente de tránsito en cuestión fue imputado por la Fiscalía General de la República, pocos día después, a un conocido miembro de la oligarquía de nuestro país, quién en estado de ebriedad había provocado el aparatoso percance, del que resultó ileso él y su joven acompañante.
La familia del responsable hizo gala de todos los medios a su alcance, incluyendo los económicos, para evitar que uno de sus miembros fuera identificado, al grado que trató de sobornar a un abogado para que presentara cargos en mi contra, aún cuando ellos sabían que el vehículo no era de mi propiedad y menos que lo había conducido la madrugada en que ocurrió el accidente.
Toda esa historia fue del conocimiento de la redacción de El Diario de Hoy, dadas las vinculaciones de los Altamirano y de algunos miembros del staff editorial del periódico con la familia del verdadero responsable.
Pero, a pesar de contar con la información adecuada, no sólo el periódico omitió las verdaderas circunstancias en que ocurrió el accidente del Ferrari, sino que construyó una historia sesgada para hacerme ver a mí como responsable del mismo.
Aseguraron, para el caso, que entrevistaron a supuestos testigos en la escena del crimen que notaron la presencia de “guaruras presidenciales” que llegaron a retirar las cámaras de vigilancia de los negocios aledaños, siendo que esas cámaras nunca fueron sustraídas y tampoco tenían capacidad para registrar hechos a decenas de metros de distancia.
Además, por simple lógica, aunque las cámaras hayan sido retiradas, quedaba en el disco duro de las computadoras el archivo de las imágenes registradas durante toda la noche.
Nada de eso fue presentado como prueba en mi contra, puesto que no existía el supuesto registro al que hizo referencia El Diario de Hoy.
Entrevistaron ampliamente a dirigentes y diputados de ARENA que hicieron todo lo posible por incriminarme, siendo que días después de haber sufrido una quebradura de cadera que obligó a una cirugía de emergencia para la implantación de una prótesis de cobalto, se hicieron públicos los informes médicos de reconocidos especialistas que aseguraron que el accidente sufrido había ocurrido en la Residencia Presidencial y que nada tenía que ver con un percance automovilístico ocurrido horas antes.
El patólogo que elaboró el informe forense resultó ser pariente cercano de Ernesto Muyshondt, uno de los dirigentes de ARENA a quién acusé de los delitos de difamación y calumnia al involucrarme indebidamente con el accidente del Ferrari.
Había una conexión familiar que si el dirigente arenero hubiera tenido una mínima dosis de decencia, le habría llevado a desistir de las calumnias que expresó en mi contra.
El Diario de Hoy nunca publicó mi versión de los hechos y menos las pruebas de descargo que demostraban mi inocencia.
ARENA utilizó convenientemente la confusión que en forma deliberada creó El Diario de Hoy en torno al accidente del Ferrari para desprestigiar al emisario de un mensaje de denuncia, que había impactado en los salvadoreños y que podía provocar la derrota de Norman Quijano, en tanto se trataba de un caso de corrupción que involucraba al asesor principal de su campaña presidencial.
Meses antes, desde mi posición de Presidente de la República había denunciado dos hechos bochornosos para la gestión presidencial de Francisco Flores, en los que aparecían vinculados algunos miembros de las pocas familias oligárquicas de nuestro país.
Con amplia documentación a la mano y que fue presentada en diferentes programas radiales “Conversando con el Presidente” , se hicieron del conocimiento ciudadano tanto el caso de la venta fraudulenta, sin respaldo legislativo, de las acciones de LA GEO al consorcio italiano ENEL GREEN POWER, como el caso de los desvíos de fondos de la cooperación taiwanesa en los últimos meses del gobierno Flores, que con toda seguridad fueron a parar a bolsillos privados.
La derecha oligárquica, en complicidad con algunos medios de comunicación, pero sobre todo, de El Diario de Hoy, desató una voraz persecución política en mi contra y de algunos funcionarios de gobierno, a fin de provocar el descrédito del emisario de la denuncia y por tanto, restarle valor a la denuncia misma.
El caso “Ferrari”, como fue bautizado por la prensa de derecha y ARENA, fue una pieza fundamental de la estrategia de desgaste electoral en contra del candidato presidencial del FMLN.
Este caso junto a la intensa campaña desatada en las semanas previas a la segunda vuelta, y que intentaba relacionar la crisis vivida por el pueblo y el gobierno venezolano con un inminente segundo gobierno del FMLN, constituyeron los resortes principales de una campaña de desgaste en la que El Diario de Hoy jugó un destacado papel.
De no ser por esta campaña mediática, y la falta de una respuesta contundente por parte del FMLN, muy probablemente la diferencia entre la derecha oligárquica y la izquierda habría sido mayor que la obtenida en los comicios presidenciales.
Ahora que vamos a una nueva consulta electoral, ARENA vuelve a recurrir a su estrategia de desgaste, sumando a medios de comunicación y tanques de pensamiento como FUSADES y FUNDE.
En la medida que los ataques abiertos a mi ejercicio presidencial ya no surtirían efecto y no provocarían el mismo desgaste que en las elecciones pasadas, ahora la derecha mediática recurre a un nuevo “cuco” para recortar la distancia entre ARENA y el FMLN, que las encuestas ya comenzaron a destacar.
Todas las encuestas que han sido publicadas hasta ahora revelan que el FMLN y ARENA mantienen un empate técnico en las diputaciones a nivel nacional y que es casi seguro, a menos que algo excepcional ocurra, que este último pierda el control de la Alcaldía en la ciudad capital.
Mediáticamente, el partido que gane la municipalidad de San Salvador figurará como el partido ganador de las elecciones del 2015, en la medida que la distribución de diputaciones en la Asamblea Legislativa será similar a la obtenida por ambas fuerzas mayoritarias en el 2012.
Como bien han señalado algunos analistas, la “joya de la corona” no será otra más que el control de la capital, en tanto la correlación de fuerzas en la Asamblea no sufrirá variaciones de fondo y colocará en el centro de la disputa la definición de la tercera fuerza con la que se pueden construir mayorías legislativas.
A este propósito responde la agresiva campaña de desprestigio desatada contra el Presidente de la Asamblea Legislativa y la campaña sucia orquestada por El Diario de Hoy, y una de sus plumas pagadas, en contra de la gestión de Nayib Bukele.
Al golpear al Presidente de la Asamblea, destacado dirigente y diputado del FMLN, intentan desacreditar la gestión legislativa de la izquierda. Con los ataques mediáticos al candidato a la alcaldía capitalina pretenden recortar la abultada ventaja que mantiene Bukele sobre Zamora, y por consiguiente, el FMLN sobre ARENA en San Salvador.
Ningún medio de comunicación ha publicado las pruebas de descargo que el diputado Sigfrido Reyes ha presentado y que aclaran su participación en la sociedad responsable de la compra de cinco terrenos en Nuevo Cuscatlán al Instituto de Previsión Social de la Fuerza Armada (IPSFA).
Según la documentación presentada por Reyes, la compra fue legal y no gozó de ningún favor o privilegio por su condición de Presidente de la Asamblea Legislativa.
La Fiscalía no ha establecido que se haya cometido delito alguno y no obstante, los medios no sólo lo han desacreditado, afectando su honor y su imagen, sino que insisten en incriminarlo.
De la misma manera como El Diario de Hoy y buena parte de los medios de comunicación del país nunca publicaron el informe de la Fiscalía General de la República que establecía que Eduardo Kriete, miembro de una de las familias adineradas del país, era el propietario y el conductor del Ferrari California accidentado la madrugada del 18 de Febrero de este año, con lo que mi imagen y honor podrían haber sido reivindicados; tampoco ahora, los medios publican y dedican titulares a presentar la verdad sobre el caso de la compra de terrenos propiedad del IPSFA.
Con el mismo propósito de provocar el descrédito de quiénes pueden tener una influencia decisiva en el electorado, las campañas de ataque mediático se centran en figuras de izquierda que han arreciado, desde posiciones públicas, contra el partido ARENA y han denunciado los excesos, arbitrariedades y actos de corrupción cometidos por sus funcionarios en el pasado. Al diputado Sigfrido Reyes se le persigue por haber sido el articulador, en tanto Presidente de la Asamblea Legislativa, de dos investigaciones claves que pusieron al descubierto la corrupción de gobiernos de ARENA: el caso CEL-ENEL y el caso Flores-Taiwán.
De nuevo, se intenta desde la cobertura periodística desacreditar al mensajero para bajarle perfil a la denuncia.
Al partido ARENA y sus candidatos no les conviene que el caso de la venta ilegal de acciones de La GEO a ENEL o que el proceso judicial contra el ex presidente Flores se mantenga vigente en el imaginario popular al momento de las elecciones del 2015. De ahí la construcción artificial desde la cobertura periodística de supuestos casos de corrupción que nunca han existido o que la Fiscalía no ha podido demostrar.
Eso explica, también, que El Diario de Hoy destine sendos artículos periodísticos al manejo de la Alcaldía de Nuevo Cuscatlán y haya ignorado el escandaloso caso de las tapaderas robadas al MOP y ANDA y que fueron encontradas en 12 bodegas de la Alcaldía de San Salvador, luego de varios operativos de allanamiento ordenados por la Fiscalía.
La estrategia de desgaste electoral contra el FMLN es clara. Y evidentes son también los propósitos de esta guerra mediática impulsada sobre todo por El Diario de Hoy y sus columnistas.
No hay mayor impunidad periodística que la cometida por este medio de comunicación, orgánico de la derecha oligárquica en nuestro país. Una cosa es ser un medio de oposición, identificación a la que tiene derecho, y otra muy diferente es pretender exhibirse como un medio que navega con la bandera de “independiente” y defensor de las libertades democráticas.
“El Diablo de Hoy”, como se le conoce por la inventiva popular, no es ni será un medio de comunicación independiente y fiscalizador del poder, en tanto se preste al juego electoral y a las campañas sucias.