Caralvá
Fundador
Suplemento Tres mil
Ludwig Wittgenstein en su libro Investigaciones filosóficas, México 2003: UNAM, pág 281-283 provoca un marco de referencia con enormes implicaciones, en los estudios de filosofía, lingüística, psicología etc. puesto que indica nombrar a las cosas.
El autor anota: “conciernen a muchos temas, los fundamentos de significado, de proposición, de lógica y otras cosas.” Así desarrolla un texto de 527 páginas, con fragmentos numerados hasta el 693 y una segunda parte con XIV capítulos, que descubren los extraños senderos del lenguaje, su representación oral e imagen, en él se interroga ¿todos pensamos igual? ¿existe un lenguaje limitado a los sentidos?, sus propuestas parecen un juego interminable, un esquema de secuencias matemáticas y sonidos, su lectura parece proponer nuevas escuelas literarias.
Observamos que “la gramática es el estudio de las reglas y principios que gobiernan el uso de las lenguas y la organización de las palabras dentro de unas oraciones y otro tipo de constituyentes sintácticos. También se denomina así al conjunto de reglas y principios que gobiernan el uso de una lengua concreta determinada; así cada lengua tiene su propia gramática” -según Wikipedia-
En el libro: El buen uso del español / RAE México: Ed. Planeta, 2014, anota: “la pulsión normativa alcanza así mismo los dominios tradicionales del lenguaje: la gramática, la escritura, la pronunciación y el léxico. De su aplicación a los hechos surgieron las nociones de corrección /incorrección, así como la falta de ortográfica. La lingüística estructural y la generativista, aunque abordaron el lenguaje desde una óptica no prescriptiva, no pudieron eludir el binarismo en su clasificación de las construcciones sintácticas como gramaticales o agramaticales”. Pág XIV, XV.
En consecuencia el estudio de la gramática excede el modelo del idioma para limitar con la filosofía que propone Wittgenstein, veamos algunos ejemplos: el juego del lenguaje, estos son series numéricas que aprendemos de niños, figuras geométricas, signos, colores, los cuales son patrones convencionales, un designio universal que no se pone en duda, excepto cuando la sociedad avanza en su nivel tecnológico o la filosofía lo demanda; el lenguaje contiene órdenes, conscientes o inconscientes, con signos gramaticales para una “buena vida” o “el peligro de incumplirlas”, en general es una forma de sociedad; un punto interesante es la referencia al cuerpo y al espíritu ¿la relación del nombre y lo nombrado? Etc. en general el significado de la palabra y el lenguaje.
De ahí que Wittenstein proponga: 374 Qué clase de objeto es algo, lo dice la gramática (la teología como gramática). Si ello es amplio imaginemos el idioma náhuat-pipil con sus nombramientos.