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Verónica Martínez
@DiarioCoLatino
En el día de la Jornada Mundial de la Oración y Reflexión contra la trata de personas, se llevó a cabo la conferencia denominada, “Economía sin trata de personas”, con el objetivo de visibilizar un problema que se encuentra inmerso en la sociedad y que hasta la fecha, no ha tenido el apoyo suficiente para afrontarlo.
La trata de personas ha sido y sigue siendo una de las mayores violaciones de los derechos humanos en El Salvador, que durante el tiempo de pandemia por el COVID-19, se hizo más evidente, puesto que según datos recopilados por el Observatorio de la Niñez y la Adolescencia, de enero a junio de 2020, se identificaron 17 casos de mujeres víctimas de trata, de las cuales el 65 % eran niñas y adolescentes menores de 19 años.
Por esta razón, Concepción Marroquín, religiosa Ángel de la Guarda; Verónica Alegría, religiosa apostólica del Corazón de Jesús, ambas miembros de la Red RAMÁ y la Comisión de Justicia Paz e Integridad de la Creación-CONFRES, y Mirna Argueta, representante del Observatorio sobre trata de mujeres y miembro de AS Mujeres, han creado alianzas para trabajar por y para las víctimas.
La intención de estas mujeres es crear alianzas con diferentes organizaciones e instituciones que apoyen, reflexionen, concienticen y trabajen en acciones concretas para prevenir y erradicar este problema que atañe a la sociedad Salvadoreña. Asimismo, contar con apoyo por parte del Estado para que garantice los derechos humanos de las personas que han sido víctimas de trata.
Las víctimas del delito de trata de personas son reducidas a “mercancías” que son explotadas de maneras aberrantes y forman parte de los mecanismos perversos del modelo económico que amenazan la humanidad misma, cita el comunicado de prensa.
Además, se estima que 150.200 millones de dólares son las ganancias anuales derivadas de la trata de personas en el mundo, dos tercios de las cuales provienen de la explotación sexual.
