Por Rana Moussaqui
Beirut/AFP
Los combates entre fuerzas del gobierno, yihadistas y rebeldes por el control de la provincia de Alepo podrían romper la tregua en Siria, un día antes de la reanudación en Ginebra de las negociaciones de paz.
Washington ya ha mostrado su inquietud ante la reciente «intensificación de la violencia» y por una posible violación del alto el fuego instaurado el 27 de febrero.
Las nuevas negociaciones entre los bandos sirios, calificadas de «cruciales» por el emisario especial para Siria, Staffan de Mistura, deben comenzar el miércoles, tres semanas después de una primera ronda sin grandes avances.
La vuelta al diálogo coincidirá con las elecciones legislativas que el gobierno organiza el miércoles en las zonas bajo su control. Mas de 11.000 candidatos concurren a estos segundos comicios desde el inicio de la guerra en 2011, tachados de «ilegítimos» por la oposición dentro y fuera de Siria, así como por Occidente.
Mientras tanto siguen los combates en varios puntos de la autovía que une Alepo y Damasco, por un lado entre tropas del gobierno y yihadistas de Al Qaida, y por otro entre varios grupos rebeldes.
Según un general ruso, Al Nosra y sus aliados quieren cortar esa ruta.
Ni la filial siria de Al Qaida, Al Nosra, ni el EI participan en la tregua negociada por Estados Unidos y Rusia vigente desde el 27 de febrero, pero la primera combate junto a rebeldes del centenar de grupos insurgentes que sí han firmado el alto el fuego.
«Actualmente se está produciendo una intensificación notable de las operaciones militares, especialmente en la provincia de Alepo, en comparación con el mes de marzo», indicó a la AFP Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Alepo, provincia cuyo control se reparte entre el gobierno, los rebeldes, los yihadistas y los kurdos, «tiene la llave de la paz o de la guerra en Siria», según Rahman.
Los enfrentamientos se recrudecieron durante el fin de semana en los alrededores de la localidad de Jan Tuman, situada al sur de Alepo.
También se producían combates en Al Eis, más al sur, en poder de Al Nosra desde finales de marzo y que ahora el ejército sirio trata de arrebatarle.
Al norte de Alepo, varios grupos rebeldes atacaron una posición del ejército en la región de Handarat.
Los barrios rebeldes de la ciudad fueron bombardeados por aviones del gobierno el lunes, aunque después del cese de las hostilidades, el número de ataques había descendido visiblemente.
‘Preocupación’ en Washington
El primer ministro sirio, Wael al Halqi, advirtió el domingo de que el gobierno y sus «socios rusos» estaban dispuestos a lanzar una ofensiva para recuperar esa ciudad pese al alto el fuego.
«Estamos preocupados por los planes de atacar y retomar el control de Alepo, cuando allí hay grupos de oposición que forman parte del [acuerdo de] cese de hostilidades, declaró desde Washington Mark Toner, portavoz del departamento de Estado.
«Hemos hablado de que todo el mundo debe concentrarse en Al Nosra y Dáesh [acrónimo árabe del EI] pero no podemos tener superposiciones ni violaciones [de la tregua] combatiendo a grupos que se han comprometido con el alto el fuego», afirmó, en alusión a los insurgentes no yihadistas.
De visita el lunes en Damasco, el emisario Staffan de Mistura subrayó ante el jefe de la diplomacia siria, Walid Mouallem, la importancia de preservar la tregua, pese a los «incidentes» aislados, antes de la reanudación de las conversaciones de paz.
En Ginebra, la brecha entre el gobierno y la oposición sobre cómo poner en marcha una transición política que acabe con el conflicto sigue siendo abismal.