Bruselas / AFP
La Unión Europea (UE) advirtió el lunes del peligro de una escalada militar en Venezuela, dos días antes de la llegada de una misión del grupo de contacto que impulsa para lograr una salida a la crisis a través de elecciones presidenciales.
«Excluimos de manera categórica cualquier apoyo de la UE o cualquier aceptación de una escalada militar en Venezuela», advirtió la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, al término de una reunión de los 28 cancilleres del bloque en Bruselas.
El ministro español Josep Borrell fue más claro, asegurando no compartir la visión del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence. «Nuestra posición sigue siendo la de buscar una solución que evite el uso de la fuerza (…) No estamos por una intervención militar», aseguró.
La reunión de cancilleres fue la primera desde el lanzamiento en Montevideo del Grupo de Contacto Internacional (GCI), impulsado por la UE con países latinoamericanos, y que el próximo miércoles y jueves enviará una misión técnica a Venezuela, confirmó Borrell.
Esta misión, que contactará con «todas las partes interesadas diferentes y relevantes», busca «evaluar el apoyo necesario para abrir la vía a una transición democrática y pacífica» y especialmente la organización de una «elección presidencial libre», aseguró Mogherini.
La misión viajará a Venezuela antes de la fecha marcada por el opositor Juan Guaidó, autoproclamado «presidente encargado»
Junto a la «ayuda humanitaria» esperaban entrar también los eurodiputados del Partido Popular Europeo (PPE), a los que el gobierno venezolano de Nicolás Maduro impidió entrar el domingo en el país, acusándolos de pretender hacerlo «con fines conspirativos».
El eurodiputado español Esteban González Pons, que forma parte del grupo de cinco parlamentarios a los que se le impidió el acceso, pidió además a la UE que abandone el GCI y que retire las credenciales a los embajadores de Maduro.
Mogherini aseguró que, durante la reunión, los países condenaron la decisión de no dejar entrar a los parlamentarios, pero, a su vez, «reafirmaron lo crucial que es disponer» del grupo de contacto de cara a lograr una salida «democrática y pacífica» a la crisis mediante elecciones.
«Me parece desproporcionado tomar medidas de carácter diplomático tan trascendentales como cancelar unas relaciones diplomáticas por eso», dijo por su parte el ministro socialdemócrata español, reconociendo que Venezuela es también una cuestión de «política interna» en España.