Por Germain Moyon/Marina Koreneva
San Petersburgo/AFP
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, enfrió este jueves en San Petersburgo las esperanzas de un levantamiento de las sanciones impuestas a Rusia por su papel en Ucrania, mientras Moscú no contribuya a aplicar los acuerdos de paz de Minsk.
Los países europeos decretaron en 2014 sanciones contra Rusia por su anexión de la península ucraniana de Crimea y acusaron a Moscú de apoyar a la rebelión prorrusa en el conflicto en el este de Ucrania.
Moscú respondió a estas sanciones decretando un embargo sobre los productos alimentarios europeos, entorpeciendo las relaciones comerciales entre Rusia y la UE.
Mientras los acuerdos de Minsk 2, que prevén una serie de medidas para poner fin al conflicto en Ucrania, no se apliquen, el levantamiento de sanciones no está en el orden del día, reiteró Juncker, durante la apertura del Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF).
«La próxima etapa está clara: la aplicación completa del acuerdo, ni más ni menos. Es la única manera de empezar nuestra conversación y la única manera de levantar las sanciones económicas impuestas», declaró Juncker, invitado por primera vez a este foro desde su designación como presidente de la Comisión.
Las sanciones europeas impuestas a Rusia tras la anexión de Crimea se prolongarán el viernes seis meses más, afirmó una fuente de la AFP en Bruselas. Los 28 países miembros deberán decidir la próxima semana si prolongan las duras sanciones económicas impuestas a Moscú por su papel en el conflicto ucraniano.
Rusia amenazó por su parte con prolongar el embargo a los productos alimentarios europeos hasta finales de 2017.
‘Construir puentes’ entre Bruselas y Moscú
A pesar de su inflexibilidad sobre la cuestión del levantamiento de sanciones, Jean-Claude Juncker mostró su voluntad de «construir puentes» entre la Unión Europea y Rusia. Su intervención se produjo después del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, quien llamó a reducir la tensión entre Moscú y los occidentales.
Rusia busca con su foro económico mostrarse menos aislada, aunque el comportamiento de los «hooligans» rusos durante la Eurocopa recrudeció las tensiones con los países occidentales.
Las sanciones impuestas a la finanza rusa, a su producción de hidrocarburos o a su sector de defensa ayudaron a que el país entrara en una recesión económica, que parece llegar a su fin.
Sin embargo, debilitada por la caída de los precios del petróleo, Rusia teme ahora un estancamiento de su economía, por lo que multiplica las promesas de reformas estructurales para atraer a los inversores y dinamizar su economía.
Los jefes de empresas europeas, muy críticos con las sanciones contra Rusia donde habían invertido considerablemente, no esconden su voluntad de reanudar sus negocios de manera más activa.
El presidente ruso Vladimir Putin, quien tiene previsto hablar el viernes, firmó un importante contrato para la construcción de una fábrica de licuefacción de gas en Rusia con el director general de la empresa energética anglo-holandesa Royal Dutch Shell, Ben van Beurden.
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, al frente de una importante delegación, debería por su parte expresar sus reservas con las sanciones durante su intervención del viernes.
Siria y Eurocopa
Estos últimos meses, Estados Unidos y los países europeos reanudaron una especie de diálogo en materia de lucha antiterrorista.
Y, menos de una semana después de la matanza de 49 personas en una discoteca frecuentada por homosexuales en Orlando, Vladimir Putin debe abordar con Ban Ki-moon el jueves la lucha contra los yihadistas del grupo Estado Islámico y el conflicto sirio.
El deporte podría ser otro de los temas abordados en paralelo al foro económico, unos días después de la violencia de los «hooligans» rusos durante la Eurocopa en Francia y la posible suspensión de la participación de atletas rusos en los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro por presuntos casos de dopaje.