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LA UES CAMINA AL PRECIPICIO

Por Pablo González

Aplicando a la UES, el síndrome de la rana hirviendo, observamos a los organismos de dirección administrativos y académicos de la Universidad, en plenas funciones rutinarias, sin adoptar funciones para analizar el estado situacional, sus implicaciones a corto y mediano plazo, para tomar medidas pertinentes a fin de saltar de la olla, cuya agua se está calentando.

Quien olvida su historia está condenado a repetirla, esa máxima del poeta español Jorge Ruiz, podemos aplicarla a la Universidad. Recordemos los sucesos del cierre de los años 1980 a 1984, donde comenzó con un estrangulamiento presupuestario, la inoculación mediática de que la Universidad no podía gobernarse y que era el resguardo de las fuerzas insurgentes. La solución fue el cierre del campus, por parte de la junta de gobierno, liderada por el partido Demócrata Cristiano, con Napoleón Duarte a la cabeza.

Luego acontecieron hechos repudiables, como el asesinato o encarcelación de dirigentes universitarios, El 10 de febrero de 1981 el CSU fue capturado, fuerzas militares irrumpieron la sesión que mantenía en el Auditórium del Colegio Cristóbal Colón. La intervención llevada a cabo el 26 de junio de 1980, fue ratificada el 27 de febrero de 1981 a través del decreto 603 de la junta revolucionaria de gobierno, el cual cancelaba los salarios de las autoridades de la institución.

Habiendo refrescado la memoria, en cuanto a la historia reciente, podemos recordar que el gobierno actual, se estreno en su primer periodo, con la supresión de secretarias de Casa Presidencial, despidos vía tuits, choque con la Asamblea Legislativa y la CSJ, hasta que acaparo esos órganos de gobierno. ¿Entonces que pasara con la UES? Para hacer una mejor aproximación al futuro mediato, recordemos el problema financiero del actual gobierno, quien acaba de recetarse tratar de obtener otros $1000 millones de deuda, para afrontar el déficit presupuestario del ejercicio 2024.

En el mejor escenario, la Universidad será intervenida vía decreto de la Asamblea Legislativa, donde se conmine al despido de las autoridades universitarias, el despido de personal docente y administrativo, el agrupamiento de escuelas bajo un único director, el agrupamiento de facultades bajo un único Decano, la formulación de nuevos sistemas de dirección central, dando énfasis al manejo presupuestario y todos los nuevos cargos saliendo de las filas del partido gobernante. Estamos conscientes que en todos los sectores de la Universidad existen personas afines al partido de gobierno, alucinadas por las apariencias y con la creencia que saldrán en mejor posición con los cambios. De acuerdo a la historia y a la nula realización de las promesas de campaña, pensamos que los sectores que saldrán beneficiados serán las universidades privadas, el nuevo sector docente y administrativo que aceptara bajos salarios. El sector estudiantil será afectado por la disminución de la calidad académica.

 

Con este panorama en ciernes, las autoridades universitarias, el sector docente, el sector estudiantil y personal administrativo, continúan en la olla con el agua calentándose.

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