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La UES recupera su dignidad

Por Leonel Herrera*

La Universidad de El Salvador (UES) rechazó la semana pasada una petición del Ministerio de Obras Públicas (MOP) sobre la realización de estudios de suelo para la posible instalación de torres de un metrocable que -supuestamente- el gobierno pretende construir en San Salvador.

La decisión fue tomada por unanimidad en el Consejo Superior Universitario (CSU), la máxima instancia académica, científica, financiera y administrativa de la única universidad pública del país, integrado por el rector, los vicerrectores, los decanos de las facultades y representantes de los sectores docente y estudiantil.

Previamente una comisión multidisciplinaria de la Universidad había dictaminado que la instalación de las tres torres proyectadas por el MOP afectaría el suelo y la infraestructura universitaria. Un miembro del CSU declaró a un medio escrito que la iniciativa gubernamental lleva implícita la expropiación de partes del terreno del campus.

El concejal detalló que dos de las torres serían construidas en la Facultad de Agronomía, donde afectaría edificios de oficinas y una clínica veterinaria. Además, señaló que “la tranquilidad se vería alterada por el paso de las góndolas del metrocable”.

El rechazo unánime a la referida petición gubernamental, muestra a una Universidad más digna frente al desprecio y los vejámenes de un régimen ya acostumbrado a usarla como hotel, búnker de campaña electoral y otros usos que profanan, banalizan y menoscaban su rol como máxima casa de estudios superiores del país.

Además de utilizar y ultrajar a la UES de esta manera, el régimen le sigue adeudando parte de su presupuesto, posiblemente con la intención de asfixiarla financieramente y generar una crisis institucional que justifique una intervención gubernamental.

El gobierno, además, incumple las demagógicas promesas que el autócrata pregonó en su primera campaña electoral, entre éstas la de crear nuevas sedes universitarias en Chalatenango y otros departamentos, convertir a la universidad en un centro de desarrollo tecnológico-científico y, desde luego, la de aumentar el presupuesto universitario.

Los abusos y atropellos contra la UES -sumado al cierre de decena de escuelas primarias, los despidos y maltratos a los docentes, la reducción del presupuesto educativo y el desmontaje de los programa de alimentación escolar y entrega de útiles escolares- confirma claramente que la educación no es prioridad para este gobierno.

Por eso, en medio de esta barbarie, son reconfortantes las nuevas posturas universitarias. Enhorabuena esta dignificación, recuperación y fortalecimiento de la Universidad porque el país la necesita formando profesionales críticos, elaborando diagnósticos y propuestas sobre los problemas nacionales y acompañando al pueblo en sus luchas.

Necesitamos a la U para frenar la reactivación de la minería metálica, detener la violación sistemática de los derechos humanos, revertir la instauración autoritaria y encaminar al país por nuevos senderos democráticos, incluyentes, justos, equitativos y sostenibles.

*Periodista y activista social.

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