CIUDAD DE PANAMÁ/UNICEF
En los últimos 10 años, América Latina y el Caribe ha pasado de tener una de las tasas de vacunación infantil más altas del mundo a una de las más bajas, advirtió UNICEF en el lanzamiento del informe El Estado Mundial de la Infancia 2023: Para cada infancia, vacunación.
En la región, la cobertura de la tercera dosis de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tosferina (DTP3) entre los niños y niñas menores de un año cayó 18 puntos porcentuales, del 93 por ciento en 2012 al 75 por ciento en 2021. Se trata de la tasa de vacunación de rutina más baja de la región en casi 30 años, lo que sitúa a América Latina y el Caribe por debajo de la media mundial (81 por ciento) y justo por delante de África Oriental y Meridional (74 por ciento).
Según las últimas estimaciones de la Organización Mundial de la Salud y UNICEF, el retroceso de América Latina y el Caribe en materia de inmunización ha dejado a 2,4 millones de niños y niñas –uno de cada cuatro menores de un año– desprotegidos frente a enfermedades prevenibles mediante vacunación. Más de 1,7 millones son “cero dosis”, lo que significa que nunca han recibido una vacuna. Los niños y niñas de los hogares más pobres tienen casi tres veces más probabilidades de ser “cero dosis” que aquellos de los hogares más ricos, según revela un nuevo análisis del informe.
“Durante muchos años, América Latina y el Caribe registró una de las tasas de vacunación infantil más altas del mundo. Ahora presenta una de las más bajas. Esta es una de las crisis de vacunación infantil más graves que la región ha visto en casi 30 años”, dijo Garry Conille, Director Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe. “Enfermedades como la difteria, el sarampión y la poliomielitis, que antes se creían erradicadas en muchos países, están reapareciendo en toda la región, poniendo en peligro las vidas de los niños y niñas más marginados y el bienestar de todos”.
El descenso de la vacunación infantil en América Latina y el Caribe puede deberse a múltiples factores. Por un lado, los desastres naturales, la violencia, la urbanización, la inestabilidad y la migración han contribuido al aumento de las desigualdades. La disparidad del gasto público en salud en la región y la reducción de la inversión en algunos países, han dejado a las comunidades marginadas con un acceso limitado a servicios de atención primaria de salud de calidad. La pandemia de la COVID-19 exacerbó estos retos, interrumpiendo la vacunación infantil debido a las intensas demandas en los sistemas sanitarios y a las medidas de confinamiento en el hogar. En los últimos años, hay también signos de una disminución de la confianza en la vacunación en algunos países de la región.
El informe destaca que la vacunación no solo salva vidas, sino que también es una estrategia probada para reducir los costos futuros de la atención sanitaria y apoyar el crecimiento económico. La vacunación genera un fuerte retorno de la inversión: hasta US$26 por cada US$1 invertido.
“Con uno de los mejores historiales de vacunación infantil, América Latina y el Caribe no tiene excusas. Hace 10 años, esta región demostró que podía proteger a los niños y niñas de enfermedades potencialmente mortales. No hay ninguna razón por la que no podamos volver a hacerlo ahora, con más conocimientos, capacidad y recursos”, afirmó Garry Conille. “La vacunación es una de las intervenciones de salud pública más sencillas y rentables. Para recuperar el terreno perdido y garantizar que todos los niños y niñas estén vacunados, los gobiernos y socios deben invertir en vacunación y atención primaria de salud. Podemos prevenir las enfermedades infantiles ahora o asumir los costos más tarde”.
Para recuperarse del retroceso y reducir el número de niños y niñas cero dosis en América Latina y el Caribe, UNICEF hace un llamamiento a los gobiernos y aliados para que:
- Identifiquen y vacunen urgentemente a todos los niños y niñas, especialmente a los de los hogares más pobres y a los niños y niñas indígenas y afrodescendientes que no han sido vacunados.
- Dar prioridad a la financiación de los servicios de vacunación y atención primaria de salud.
- Construir sistemas de salud más resilientes mediante la inversión en personal de salud, la innovación y la producción de suministros de vacunas en la región.
- Reforzar la demanda de vacunas, fomentando la confianza, entre otras estrategias.