Caralvá
Fundador
Suplemento Tres mil
Parece un juego de palabras pero encierra verdaderas tendencias filosóficas, view las cuales han derivado en lecturas históricas, además de luchas sociales por interpretaciones terrenales. Se trata de elementos fundamentales mencionados por grandes autores.
Jan Patocka refiere esta situación de la siguiente manera ante la pregunta: ¿qué es la verdad? Heidegger planteó el problema de la verdad de una forma totalmente nueva, “el problema de la verdad había estado dominado por la lógica y la concepción de que el lugar de la verdad es el juicio, y de que ésta es el acuerdo del pensamiento con la realidad. Heidegger niega la primera tesis: el lugar de la verdad no es originalmente el juicio. La segunda tesis, que la verdad es el acuerdo del pensamiento con la realidad, la relativiza afirmando que es ciertamente correcta, pero insuficiente y derivada. Fue la fenomenología la que, después de milenios, volvió a entender que la verdad es desvelamiento, que presupone el desvelamiento, comprendiendo también que el desvelamiento lleva a una concepción de hombre totalmente distinta a la que estamos acostumbrados, según la explicación que da del hombre toda la tradición moderna y subjetivista. Una vez que se ha comenzado a ir en esa dirección, entonces es la fenomenología la que se orienta hacia el problema de la verdad”.
Estos elementos que encierran bibliotecas enteras, pueden resumirse en el retorno a la filosofía de la antigüedad, la cual ya es ontológica, de esa manera los autores intentan “comprender al hombre a partir del hombre”, una concepción asociada a la “alienación del hombre” que mantuvo una presencia significativa durante los años sesenta hasta finales de los ochenta del siglo pasado, y es que al explicar la “verdad” no podemos aislar al contexto histórico de las sociedades y la humanidad bajo un sistema dominante como el capitalismo o socialismo. Esta comprensión se debe atribuir a Heidegger. Debemos aclarar que este concepto es diferente a la “alienación del trabajo” o “alienación de los trabajadores”, los cuales se relacionan con el modelo de producción.
Hablamos entonces de explicar la vida humana a partir de la vida humana, donde la filosofía se propone avanzar hacia las ciencias. Hace siglos que las ciencias se alejaron de la filosofía, puesto que ahora podemos observar que mientras la humanidad clama por el fin de la pobreza, la paz, soluciones a problemas del agua, etc., la ciencia solo se sirve de los capitales para los capitales sin filosofía.
Cada vez es más notable la ausencia de una Filosofía para la vida, ese espacio se profundiza con las brechas tecnológicas, puesto que a pesar de ser un avance material, muestra absoluta indiferencia por la filosofía y la verdad humana. Notamos que a más tecnología y ciencia menos conocimiento de la verdad humana, esa verdad que nos llama a la acción para cambiar la esclavitud materialista. Una filosofía del hombre para el hombre, significa responder al mundo desde la tierra para la tierra, certificando con la vida al cambio proclamado por otro mundo posible, en el más romántico estilo de los revolucionarios de todos los tiempos.