Calos Giron S.
Frente a la guerra de agresión criminal de la cual son víctimas desde hace tiempos Venezuela y su Gobierno constitucional, al que se pretende derrocar con un golpe de Estado -auspiciado e impulsado por fuerzas oscuras extranjeras- se puede decir con toda propiedad que: la verdad, la razón y la justicia están con el pueblo venezolano y su legítimo Presidente, Nicolás Maduro. Es una realidad resplandeciente ante los ojos del mundo, que sólo los cegatones no quieren ver y reconocer. Tan realidad es que la gran mayoría de las naciones que pertenecen a la ONU, entre ellas potencias como Rusia y China, junto con Irán, Turquía y otros países como México, Bolivia, Nicaragua, El Salvador, y muchos otros más, están también a favor y en apoyo del Presidente Maduro.
Sumándose a todos ellos está el famoso y justo juez español Baltazar Garzón Real, con un largo historial de controvertidas causas que ha defendido, logrando muchos fallos favorables. Fue el quien logro que se enjuiciara al triste y desgraciadamente recordado general Augusto Pinochet quien, el 11 de septiembre de 1973 no solo dio un golpe de Estado al presidente Salvador Allende, sino que lo asesinó al bombardear el Palacio de la Moneda, asiento del Gobierno, mientras Allende se encontraba en su interior. Al enjuiciarlo lo acusó de genocida y de cometer crímenes de lesa humanidad. El ejército que Pinochet comandaba asesinó a miles de civiles, a muchos de quienes sometió a torturas, además de decapitar a cientos de niños.
Baltazar Garzón logro que despojaran de toda inmunidad al genocida para ser sometido a la justicia. El 16 de octubre de 1998 se le decreto arresto domiciliario. Pero la muerte lo salvó de la condena máxima que le hubieran decretado, seguramente cadena perpetua. Murió cuando fue devuelto a Chile.
Este juez Garzón se ha mantenido activo en diferentes instancias judiciales de su país, España. Ahora, seguramente indignado al ver los ataques injustos e injustificados de que es victima, ha ratificado la “legitimidad de Nicolás Maduro como Presidente constitucional de Venezuela”, con lo que da una sonora bofetada a todos los mercenarios internos y externos que le llaman “usurpador”, ignorando el hecho del 66 por ciento de los votos emitidos en las urnas electorales con los que su pueblo lo reeligió, en mayo del año pasado, para la cólera de todos sus enemigos.
Muchos son los otros apoyos de gobiernos, organizaciones e instituciones del exterior que reconocen la legitimidad del gobierno de Maduro –con lo que implícitamente desconocen al nefasto golpista, usurpador y traidor Juan Guaidó y a sus titiriteros-.
Muestra de esos apoyos a Venezuela son los más de 1.300 profesionales de la educación de Latinoamérica, Europa, Asia, África y los Estados Unidos que rechazaron la injerencia de gobiernos extranjeros en los asuntos internos de Venezuela y querer desconocer la legitimidad del Gobierno presidido por Nicolás Maduro. Tal respaldo está consignado en la declaración final al cierre del XVI Congreso de Pedagogía 2019, celebrado en el Palacio de Convenciones en La Habana, Cuba, la semana pasada. Se declara también: “condenamos toda forma de agresión que el gobierno de Estados Unidos y otras naciones y organizaciones internacionales ejercen sobre Venezuela y rechazamos los intentos de imponer por la vía de golpe de Estado a otro presidente, atropellando la voluntad del pueblo bolivariano”.
En lo interno, la semana pasada también, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela, dio a conocer el fallo donde se declara “Nulidad
Absoluta” del “Estatuto para la transición”, emitido por la Asamblea Nacional (en desacato). El máximo tribunal de justicia considera que el texto del mencionado estatuto, difundido el 5 de febrero actual, “viola abiertamente la Constitución” de la República Bolivariana”.
Se ve así la unidad y solidaridad granítica de las instituciones legales y militares alrededor del gobierno en manos de Nicolás Maduro. Recientemente los jefes de las Fuerzas Armadas Bolivarianas reafirmaron su respaldo y defensa a su comandante, con lo cual no hay peligro alguno de que pudiera darse un verdadero golpe de Estado contra el gobernante.
Un aspecto que creo no encaja para nada en esta situación es la mención repetida de ir a un “diálogo” pretendidamente para buscar salida “a la crisis”. La pregunta es: ¿dialogo por qué y para qué? La legitimidad no puede cuestionarse ni negociarse. Diálogos son los comicios donde la población acude a exponer sus preferencias y rechazo a las ideas ajenas u opuestas. Pero un gobierno limpia, democrática, mayoritaria y soberanamente elegido, no puede ser puesto en duda. Si el triunfo de Maduro en las elecciones pasadas hubiera sido pírrico y la oposición con alto porcentaje de votos, tal vez cabria hablar de: dialogo, pero, no siendo así, es absurdo, descabellado y tonto hablar de diálogos…
Por último hay que decir que la verdad, la razón y la justicia están con el pueblo venezolano y su presidente Maduro, ¿por qué? Porque la verdad: es que Nicolás Maduro es el Presidente legítimo de la República Bolivariana de Venezuela; la razón, porque lo razonable es que el mundo lo deje gobernar en paz y la justicia, porque Dios es Justo, Él sabe por qué lo ha puesto y mantiene en el Palacio de Miraflores hasta que cumpla su misión.
Además, desde lo alto, el Libertador Simón Bolívar observa atentamente, juzga lo correcto, y se mantiene listo para enviar las huestes celestes a defender y proteger su Patria -que es solo un segmento- de la Gran Patria Latinoamericana.