Salvador Ventura
Lo hemos dicho una y otra vez: la esencia de la ética profesional tiene a su base tres principios bien definidos y puestos en práctica por la prensa y los periodistas serios y responsables: el deber de servir a la verdad, remedy treat el deber de la lealtad y el deber de mantenerse libres.
El resumen de tales principios aquí y en cualquier parte del mundo donde se respeten las personas, las ideas y el derecho a disentir, constituyen la síntesis del contenido de todos los códigos profesionales, de las leyes sobre la prensa y de las exigencias de nuestra conciencia personal. En su nota del día titulada “Comienzan a perseguir a la industria de la libertad”, del lunes 21 de julio, El Diario de Hoy, continúa con su permanente campaña de mentir y distorsionar la verdad al decir “el presente régimen ha iniciado antes de cumplir dos meses en el poder, una ofensiva contra la libre expresión, el comienzo de un amordazamiento de la opinión pública”.
El malestar del director de este medio es por las reformas aprobadas por la Asamblea Legislativa a la Ley de Lavado de Dinero y Activos donde se incluyen a los medios de difusión, además de la propuesta de reformas fiscales para que la prensa cumpla con sus obligaciones constitucionales de pagar sus impuestos.
No se trata, pues, de una “ofensiva contra la libre expresión”, mucho menos de un “amordazamiento de la opinión pública”, como perversamente lo informa y comenta, es simplemente hacer que “esta nación medianamente se rija por leyes”, como contradictoriamente lo afirma en su tendencioso editorial.
El gobierno, señor director, no es el vigilante de la democracia, como usted lo deja entrever, este es un sistema de gobierno iniciado en la Antigua Grecia, “específicamente en Atenas en el siglo V a.C. Por ello se le denomina frecuentemente como democracia ateniense”. Desde luego, tenía sus particularidades, diferentes al presente.
El primer gobierno del FMLN y el segundo, están profundizando la democracia, sometiendo a la Asamblea Legislativa proyectos de ley para ampliar y garantizar la participación de la población en obras y proyectos, por ello se ha convocado a los diversos sectores a un diálogo nacional para construir una agenda de nación.
De esta forma es “el público” el vigilante de todos los hechos producidos o no en una democracia, por lo tanto no son los medios de difusión los únicos fiscalizadores o auditores de todo el quehacer administrativo, existen millones de ojos, con mente y corazón, opinando y dando ideas y sugerencias para hacer bien las cosas.
De manera adrede, El Diario de Hoy se abstiene de comentar o publicar una serie de obras y proyectos concretados por este y el anterior gobierno del FMLN, como el crear anteproyectos de ley, aprobados por la Asamblea Legislativa, como el voto en el exterior y el voto residencial, la Ley de Acceso a la Información Pública o políticas públicas en favor de las mujeres y los menores.
En cierta medida son falsas noticias por omisión. Esta actitud de El Diario de Hoy está ligada a una reacción infantil, pues consiste en pensar que para traicionar la verdad es preciso hablar o escribir, por esta razón silencia o esconde hechos favorables a la población (obras gubernamentales) debido a intereses políticos o sociales.
Dos hechos nada más para reafirmar esta tesis: nunca ha informado o comentado favorablemente los programas de paquetes escolares o agrícolas de tanto beneficio para millones de salvadoreños, por el contrario los ataca y los califica de “populismo”, “despilfarro” y más plegándose a una agenda partidaria de Arena.
Por el contrario, en su desesperación por la falta de argumentos e ideas para el debate, cae en el fácil expediente de la agresión o la calumnia, como hablar de “soplones al servicio del régimen” o en “los grupos defensores de la revolución”, en “los delatores y en los bozales que caracterizan la vida en Cuba…”
El mismo discurso esgrimido por los grupos de poder, los testaferros a sueldo de Arena y los “analistas” pagados. El Diario de Hoy, como lo hemos dicho, tiene derecho a mantener y difundir una línea editorial, conservadora, reaccionaria o de derecha extrema, pero no puede bajo ningún concepto mentir, calumniar o caer en la falsa noticia. El mundo ha evolucionado, las ideas, así como la tecnología y la ciencia recorren el mundo, El Salvador no es la excepción, los dos gobiernos del FMLN han dado muestras de una amplia apertura, aquí existe plena libertad de expresión, jamás se puede juzgar a un régimen por el caso aislado de “la intimidación a un periodista”, como hipócritamente lo hace El Diario de Hoy. La verdad nos hará libres y la práctica de un sano y profesional periodismo permitirá discutir y combatir las ideas con ideas y no con el insulto, la distorsión o por medio de un comentario o una noticia tendenciosa, con lo cual compartiremos ese hábitat natural de la caverna donde parece morar el señor director de El Diario de Hoy.