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La verdadera gestión cultural del centro de San Salvador

LA VERDADERA GESTIÓN CULTURAL DEL CENTRO DE SAN SALVADOR

Por Waldemar Romero

El génesis de la existencia siempre ha estado vinculado proporcionalmente con el arte como una máxima expresión de las emociones cognoscitivas humanas. Así también, el considerarse “artista” siempre ha sido una lucha desigual de egos. En ese sentido es válido preguntarse ¿quién será un verdadero gestor de arte y cultura?

En una minimalista ciudad como San Salvador, y sobre todo lo que valoramos como verdaderos voceros del arte en un segmento tan conflictivo o socialmente irregular como es el casco urbano o Centro Histórico de San Salvador, la gestión cultural no es la mera cuestión de subarrendar edificios, locales, ex cines, para convertirlos en una plataforma de arte “ficticia”. La ficción dentro del canon debe de ser —según los precursores del proyecto— un verdadero espacio para la manifestación del arte.

De entrada, en esos lugares no se pueden gestionar o presentar colectivos que sean ajenos a sus dinámicas de trabajo, que ejerzan una crítica sobre el proyecto (criticas fundamentadas) o que no formen parte del cenáculo de amistades, e irónicamente criticando al Ministerio de Cultura porque no les otorgó fondos o por los compadrazgos que manejan, cuando los mismos colectivos son una réplica de todas esas anormalidades de gestión. Durante la emergencia no visualizaron regresar al Centro Histórico, ahora necesitan de este para obtener o para justificar los fondos que se les otorga de parte de organizaciones internacionales.

La gestión como precursora del arte

La gestión debe ser la parte integral y ente difusor del calendario cultural de un lugar. Ahora bien, hoy en día se puede pactar un argumento que parece ser más la misma queja habitual de todos los gestores. Las instituciones que nunca otorgan fondos, o subvenciones para el desarrollo de proyectos culturales, dependen de las instituciones para este mismo incremento cultural; justificar el no desarrollo de un proyecto por esa mera razón es retroceder proporcionalmente a las mismas circunstancias de hace 30 años atrás…  El dinero como único prerrequisito para el desenvolvimiento, el por qué realizan reuniones para otorgamiento de fondos y por qué no toman en cuenta mi colectivo…  es la misma ‘queja’ de siempre. Un verdadero gestor focaliza, sectoriza, crea su autogestión de fondos económicos, como todo verdadero administrador cultural lo haría sin necesidad de esperar que una ONG o fundaciones, instituciones estatales le apruebe ‘dinero’.

La gestión seguirá convirtiéndose en una plataforma real de las artes en el Centro Histórico de San Salvador, los colectivos seguirán extendiendo comunicados desaprobando por qué durante la post emergencia no sostuvieron reuniones con el Ministerio de Cultura, porque no se les tomó en cuenta, por qué se les otorga dinero a otros colectivos y no a ellos.

Los verdaderos gestores están tramitando con pocos recursos, incidiendo culturalmente dentro del contexto cotidiano del Centro Histórico, marcando un antes y un después dentro del subdesarrollo del arte y su génesis habitual.

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«Para enflorar». Foto: Karen Lara. Portada Suplemento Cultural Tres Mil Sábado, 2 de noviembre 2024.