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La violencia en El Salvador

Como decía el pasado martes el sacerdote Jesuita y columnista de Diario Co Latino: “La fuerte presencia real y mediática de la violencia contribuye a que la violencia aparezca incluso por encima de la economía como preocupación. La gente se siente insegura en el bus, troche en la calle, cialis en el camino a la casa e incluso en la vivienda”.

Más adelante, el Padre Tojeira puntualizaba: “Sin miedo a equivocarse se puede decir que es un problema estructural. Y como tal, el debate sobre cómo frenar la delincuencia y remitirla a niveles mínimos, no puede ser cuestión de recetas, sino esfuerzo de analizar estructuralmente el problema”.

Y esto último debería ser el principal punto de atención de todas las instituciones del país, incluidos los medios de comunicación,  si se quiere ser serio en el abordaje del problema, en vez de lo primero, es decir, un abordaje con fines electoreros.

Y que cuando los medios de comunicación se preocupen de destacar el recuento de los homicidios diarios, sin abordar el problema con enfoque estructural, y por ende muy complejo, lo que se hace es el juego a un partido de derecha en particular, en detrimento de los otros institutos políticos, principalmente el partido de Gobierno.

Lo mismo hace la ANEP, cuando, a pesar de tener representante en el Consejo de Seguridad Ciudadana, que desde septiembre trabaja en diagnóstico y en unas propuestas que dará a conocer a mediados de este mes, ofrece traer un polémico personaje, el ex alcalde de Nueva York, para que haga un diagnóstico y dé unas recetas de cómo afrontar el problema.

El Salvador no necesita de la opinión y ni las recomendaciones de un personaje que desconoce nuestra realidad, y lo que puede ofrecer es el “manodurismo”, que ya fracasó en El Salvador, y que fue su estilo como alcalde neoyorquino.

Como bien dice el sicólogo Wilfredo Mármol Amaya, también articulista de este rotativo: “La violencia en El Salvador debe ser abordada más allá de los ojos del ex alcalde neoyorquino Gulliani y compañía, es decir, más allá de simples abogados, cárceles, policías, tecnología de punta en los carros patrullas o cámaras de seguridad. Ante todo debe abordarse el problema de la pobreza y la falta de equidad, descuidada en los últimos 50 años con mayor intencionalidad. La separación de la familia para el ‘sueño americano’ cumplió su papel”.

Pero va más allá Mármol Amaya, pues, contrario a lo que dijo recientemente un personero de la ANEP, que “los resultados deben ser de la noche a la mañana”, si bien, una estrategia general debe contemplar aspectos de corto y mediano plazo, el verdadero problema se resolverá a largo plazo. Es decir, hay que pensar en una nueva generación.

“…La problemática para el abordaje de la violencia social en el país requiere de la participación de todos y todas aquellas personas y sectores que deseen un país diferente, si empezamos en el 2015, les puedo asegurar que en una generación, es decir, en el 2040, tendremos una sociedad armoniosa, competentes en mejores condiciones de convivencia social  y a lo mejor feliz”, agregó.  Esta es una reflexión seria, más allá de lo electorero, como hasta hoy lo ha tratado la derecha y sus medios de comunicación.

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