Esta vitamina puede proteger contra la demencia y el deterioro cognitivo.
Asimismo, su función de suprimir la homocisteína es una de las razones por las que puede proteger la salud cerebral, ya que los niveles de homocisteína tienden a elevarse cuando hay degeneración cerebral. Tener un nivel de homocisteína en suero (sangre) superior a 14 micromoles por litro está relacionado con el doble de riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer. Como señaló un artículo del 2010:
“Las deficiencias de las vitaminas B12, B6 y folato están relacionadas con una disfunción neurológica y psicológica (…) en los adultos mayores, el deterioro cognitivo y demencia incidental podrían estar relacionados con la alta prevalencia de cantidades inadecuadas de vitaminas B y mayores niveles de homocisteína en la sangre.
Los mecanismos factibles incluyen a la neurotoxicidad por homocisteína, vasotoxicidad y alteración en las reacciones de metilación dependientes de S-adenosilmetionina, que son vitales para la función del sistema nervioso central. Con base en lo anterior es imperativo encontrar formas seguras de mejorar los niveles de las vitaminas B en las personas de edad avanzada…”. Incluso, la vitamina B12 está relacionada con una menor contracción cerebral. Un estudio realizado en 2013 demostró que las vitaminas B no solo pueden disminuir la contracción cerebral, sino que también podrían reducir la contracción en las regiones cerebrales más gravemente afectadas por la enfermedad de Alzheimer. Además, en esas áreas específicas, la contracción podría disminuir hasta en un 700 %.
Las personas con la enfermedad de Alzheimer también podrían tener más probabilidades de exhibir niveles más bajos de vitamina B12 en el líquido cefalorraquídeo, en comparación con las personas con otros tipos de demencia, aun cuando los niveles sanguíneos de B12 fueran similares. Cuando los investigadores escribieron para Indian Journal of Psychiatry explicaron el tema más detalladamente:
“Los ensayos clínicos han indicado que la vitamina B12 puede retardar la aparición de signos de demencia (y anomalías sanguíneas), si se administra en un rango de sincronización clínica precisa, antes de que aparezcan los primeros síntomas.
La suplementación con cobalamina puede mejorar las funciones cerebrales y cognitivas en los adultos mayores; con frecuencia promueve el funcionamiento de factores relacionados con el lóbulo frontal, además de la función del lenguaje en las personas con trastornos cognitivos.
Los adolescentes que tienen un límite de deficiencia de vitamina B12 podrían presentar síntomas de trastornos cognitivos”.
Problemas neurológicos relacionados con la deficiencia de vitamina B12 en personas vegetarianas.
A menudo, los veganos o vegetarianos estrictos que se abstienen de productos de origen animal y que no complementan su alimentación con vitamina B12 se vuelven deficientes, y como resultado enfrentan mayor riesgo de problemas neuropsiquiátricos y neurológicos.
Cuando se comparó a 100 vegetarianos contra 100 omnívoros, los vegetarianos tenían niveles de vitamina B12 significativamente más bajos, así como mayores índices de depresión, neuropatía periférica, parestesias (sensación de alfileres y agujas) y psicosis.
El trastorno obsesivo-compulsivo también se ha relacionado con la deficiencia de vitamina B12 (y mayores niveles de homocisteína). En particular, podrían presentarse problemas neurológicos aun cuando hay un rango “bajo normal” de o justo debajo de 258 picomoles por litro (pmol/L). El nivel de 148 pmol/L o inferior se considera un estado de deficiencia. Como señaló el USDA:
“La deficiencia puede causar un tipo de anemia caracterizada por menores niveles de glóbulos rojos de mayor tamaño. También puede causar problemas al caminar y en el equilibrio, pérdida de la sensación de vibración, confusión y, en casos avanzados, demencia.
El cuerpo necesita de la vitamina B12 para crear la capa protectora que recubre los nervios. Por lo tanto, tener niveles inadecuados de vitamina B12 podría exponer los nervios al daño”.
También se ha descubierto que la combinación de las vitaminas B6, B8 (inositol) y B12 puede ser muy efectiva para mejorar los síntomas esquizofrénicos cuando se toma en altas dosis, más que los tratamientos farmacológicos estándar por si solos, posiblemente porque las personas con esquizofrenia son propensas a tener anomalías en sus niveles de vitamina B12 y vías de glutamato.