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Un grupo de romeristas sostienen una imagen de san Óscar Arnulfo Romero durante su beatificación en 2015. Foto Diario Co Latino/Archivo.

La voz del pastor acompaña al sufrido pueblo que sigue asediado y aterrado

Iván Escobar
@DiarioCoLatino

“La palabra queda y ese es el gran consuelo del que predica. Mi voz desaparecerá pero mi palabra, que es Cristo, quedará en los corazones que lo hayan querido recoger”, estas palabras proféticas de monseñor Óscar Arnulfo Romero, que datan del 17 de diciembre de 1978, son tan vigentes a cuarenta años de su martirio.

Este 24 de marzo de 2020, se cumplieron 40 años del crimen de monseñor Romero, que en 1980 era el arzobispo de San Salvador, y la voz de denuncia contra un sistema represor. El religioso presenció la muerte, la represión, los ataques del Estado contra los humildes, denunció toda expresión de violencia, ataque a los derechos humanos en un país que estaba al borde de un conflicto armado y fue víctima del sistema.

Hoy en día, la realidad salvadoreña no ha variado mucho, los pobres siguen siendo perseguidos, estigmatizados, asesinados, marginados, despreciados, por un sistema que sigue su paso amparado al capitalismo mundial, y que solo reparte migajas a estos pueblos.

Monseñor Romero denunció todo aquello que estaba contra su gente, contra el pueblo humilde; por ello, la tarde del 24 de marzo de 1980, cuando ofrecía misa en la capilla del Hospitalito de la Divina Providencia, en la capital salvadoreña, fue asesinado por un Escuadrón de la Muerte; previamente recibió amenazas constantes, incluso los medios de comunicación apegados al poder, ejercieron un odio sistemático contra su voz.

“Ha cuarenta años ha mejorado la percepción sobre él (…) pero la gran falencia hoy es que no estamos aplicándolo”, expresó el padre Juan Vicente Chopin, en el marco del aniversario martirial.

Pero miles de salvadoreños y salvadoreñas le seguían en aquellos tiempos con esperanza, escuchando cada domingo, aunque fuese bajo balas, sus homilías. La voz del profeta, a cuarenta años de su asesinato está vigente. Su caso, en el ámbito judicial no se resuelve aún, pese a que el Informe de la Comisión de la Verdad, elaborado al final de la guerra, señaló a los culpables, entre ellos, al mayor Roberto d’Aubuisson, fundador del partido ARENA, y quien se caracterizó por ser el principal enemigo público del religioso.

En el ámbito de la Iglesia católica, Romero fue elevado a los altares el 14 de octubre de 2018; sin embargo, su pueblo y los pueblos que reconocieron en él la palabra de Dios, desde su crimen “le proclamaron santo”, tal y como se expresa en un canto popular.

¿Qué nos diría hoy?

Hoy, El Salvador enfrenta una de las mayores crisis de pánico y terror, frente a la pandemia mundial del COVID-19. El Gobierno central ha impulsado ante esta situación crítica, una cuarentena de 30 días a escala nacional, lo que implica la limitación la circulación de personas.

El padre Juan Vicente Chopin -en el marco del 40 aniversario de Romero- expresó este martes a través de su red social de Facebook una reflexión en torno al aniversario martirial.

“Cuarentena años de amor a la verdad y servicio a la pobres. Viva Monseñor Romero”, se tituló la participación del religioso, quien destacó entre otras cosas “que a cuarenta años san Romero nos interpela como jerarquía, como cristianos y como ciudadanos”.

Ante la emergencia por la pandemia dijo que él ya habría puesto a disposición de los más pobres los templos y toda estructura de la Iglesia católica en el país, para recibirles y buscar la forma de garantizar su alimentación, ya que en este tiempo solo la clase media y los ricos tienen garantizado un abastecimiento, “la infección del hambre es mayor”, opinó. Lo importante de la palabra de Mons. Romero -a juicio de Chopin- es que las y los salvadoreños pongamos en práctica su palabra, su voz. “Hoy somos víctimas de sistema capitalista”, añadió. A esto se suma el pánico mundial, la desesperación, pero poco se habla de la esperanza para que El Salvador como pueblo supere la emergencia.

Y es que para Chopin no se trata de garantizar quién compra más alimento, quién tiene más en su casa, a sabiendas de que hay muchos quienes quizá desde que se decretó la cuarentena no han comido, porque su única fuente de vida, es el comercio informal. El padre Chopin recordó que hay análisis que plantean ahora que la crisis del coronavirus vuelve a demostrar que el sistema capitalista está vigente, desquebrajado, “pero vigente”. Frente a esta situación, Chopin recomienda escuchar a Mons. Romero, poner en práctica su palabra, ser solidario con los demás y garantizar el respeto a los derechos humanos, son entre otras cosas que hoy en día deben retomarse como pueblo, no solo para superar una crisis de salud, sino “los problemas que siguen aquejando a este pueblo sufrido”, como le llamaba y amaba tanto monseñor Romero.

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