París/AFP
Antonio Rodríguez/Marie Wolfrom
El presidente de Lactalis rompió su silencio y prometió indemnizar a todas las familias afectadas por las leches infantiles contaminadas con salmonela producidas por el gigante francés de productos lácteos, en los 83 países donde han sido vendidas.
En una larga entrevista con el semanario Journal du Dimanche, la primera acordada a la prensa por este ejecutivo discreto, de 47 años, Emmanuel Besnier defendió con firmeza su gestión de la crisis, muy criticada estos últimos días por el gobierno y los consumidores.
«En ningún momento ha habido intención de esconder las cosas», aseguró Besnier, que dirige la empresa familiar desde 2000, como su padre y su abuelo antes que él.
Pero «es verdad, no soy de naturaleza comunicativa. En una crisis como ésta, primero se busca actuar», se justificó para explicar su rechazo a hablar hasta ahora.
Al término de una reunión el viernes con el ministro de Economía, Brune Le Maire, el grupo Lactalis anunció la retirada de todos los lotes de leche infantil producidos en una planta de la empresa en Caron (oeste), ampliando las sucesivas retiradas realizadas desde principios de diciembre.
Besnier dijo que él mismo propuso al gobierno esta medida, que se extiende a 83 países.
«Hay que medir la magnitud de esa operación: esto supone más de 12 millones de cajas», afirmó Emmanuel Besnier, que aseguró que los distribuidores ya no tendrán que buscar los lotes afectados. «Saben que hay que retirarlo todo de los estantes», declaró.
Treinta y siete bebés fueron diagnosticados con salmonelosis en Francia, después de haber consumido leche o un producto de alimentación infantil de la planta de Lactalis infectada, según un nuevo balance oficial del 12 de enero.
Un bebé contrajo igualmente salmonelosis en España tras consumir leche infantil de la marca francesa, y en Grecia se está estudiando otro posible caso.
Preguntado por los «centenares» de denuncias efectuadas por padres en toda Francia, donde se abrió una investigación preliminar por «lesiones involuntarias» y «puesta en peligro de la vida de terceros», Besnier prometió que no esconderá nada.
Todas las familias indemnizadas
«Hay denuncias, habrá una investigación, colaboraremos con la justicia dando todos los elementos que nos pidan. Nunca hemos pensado en actuar de otra manera», sostuvo.
«Indemnizaremos a todas las familias que hayan sufrido daños», añadió.
El domingo, el portavoz del gobierno, Benjamin Griveaux, aseguró que «la investigación no descartará a nadie», incluido al Estado que «asumirá su parte de responsabilidad», sobre todo debido a la presencia de cajas de leche infantil potencialmente contaminadas en hospitales.
La contaminación con salmonela en la fábrica de Craon se reveló al público a principios de diciembre. Según Besnier, los resultados de los análisis sitúan el problema «probablemente» en el primer semestre de 2017.
En este periodo «hicimos obras en esta planta. En ese momento, la bacteria pudo haber sido introducida en el interior de las instalaciones», sugirió.
Sin embargo, en Francia grandes empresas de distribución, entre ellas Leclerc, Auchan, Intermarché y Carrefour, admitieron estos últimos días haber vendido productos Lactalis que deberían haber sido retirados de la venta.
«Nuestro trabajo es colocar productos sanos en el mercado. Si no ha sido el caso, es nuestra responsabilidad», reconoce Emmanuel Besnier, que añade en cambio que en su opinión, «no ha habido infracciones de nuestra parte en los procedimientos».
Los controles ya efectuados permitieron encontrar cajas de leche potencialmente contaminadas en supermercados, farmacias, guarderías y hospitales.
Tras la retirada de los lotes de leche infantil en tres etapas en diciembre se sembró la discordia. A falta de un acuerdo con Lactalis, el ministro de Economía firmó el 9 de diciembre un decreto que pedía suspender la comercialización de leches infantiles y la retirada de unos 600 lotes, el equivalente a 11.000 toneladas.