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Los esfuerzos de China para lograr cero emisiones netas de dióxido de carbono muestran un enorme potencial para ayudar a aliviar los efectos negativos para la salud causados por la contaminación del aire y el cambio climático, afirmó el jueves un informe de la revista médica Lancet.
“Los efectos del cambio climático sobre la salud en China se están acelerando, representando una cantidad inaceptablemente alta de riesgo para la salud si las temperaturas globales continúan aumentando”, especifica el informe, el primero de su tipo publicado por la revista sobre los vínculos entre la salud y el cambio climático en China.
El informe, presentado por el Lancet Countdown Center for Asia, con sede en la Universidad de Tsinghua en Beijing, también reveló que la mortalidad relacionada con la ola de calor se cuadruplicó entre 1990 y 2019, causando 26.800 muertes el año pasado.
En comparación con principios de la década de 2000, las personas de 65 años o más soportaron un promedio de 13 días más de olas de calor en 2019, según el informe.
Para los trabajadores al aire libre, su potencial pérdida de productividad laboral causada por el calor alcanzó el 0,5 por ciento del total de horas de trabajo nacionales. Eso es aproximadamente el 1 por ciento del PIB de la nación, equivalente a su gasto fiscal anual en ciencia y tecnología.
Sin embargo, el informe aclara que, al alinear los planes climáticos y de recuperación ante una pandemia con el compromiso del país de lograr la neutralidad de carbono para 2060, China puede proteger la salud pública, promover la sostenibilidad económica y también preservar el planeta.
“El enorme potencial para mejorar la salud pública a corto y corto plazo al abordar el cambio climático ya se puede detectar en los efectos de los cambios de política”, resaltó.
La revista explicó que una reducción en el carbón utilizado en el suministro total de energía primaria de China en medio de una creciente inversión en energía renovable ha ayudado a la nación a reducir la densidad promedio anual de PM2,5 ”partículas diminutas que son peligrosas para la salud” en un 28% en las zonas urbanas del país áreas de 2015 a 2019, lo que ha provocado 90.000 muertes menos al año.
Estas ganancias son solo una pequeña muestra de lo que es posible, señala, ya que el carbón todavía representa el 59 por ciento del suministro total de energía primaria en China, y el 42 por ciento de la población del país todavía vive en áreas que no cumplen con los estándares de la Organización Mundial de la Salud en materia de contaminación del aire, según el informe.
La directriz de la OMS sostiene que las concentraciones medias anuales de PM2,5 no deben exceder los 10 microgramos por metro cúbico. Sin embargo, la densidad media del material particulado en China se situó en 36 mcg / m cúbico el año pasado.
El informe deja en claro que si bien hay un desarrollo positivo en China, la nación aún necesita aumentar sus esfuerzos climáticos para abordar el desafío que se avecina, enfatizó Cai Wenjia, profesor asociado del Departamento de Ciencias del Sistema Terrestre de Tsinghua.