Valerie Hamilton
Los Ángeles /dpa
Cuando el pasado noviembre, en la gala de los American Music Awards, se anunció el premio a la mejor banda sonora, fue como retroceder a 1984. La ganadora era “Purple Rain”, que Prince compuso para la película homónima y cuyas ventas subieron como la espuma tras la accidental muerte por sobredosis del icono del pop en abril.
La hermana de Prince, Tyka Nelson, aceptó el galardón en su nombre con el cabello teñido de morado, en un homenaje a su hermano. “Sigue siendo uno de los artistas más respetados y queridos”, declaró mientras el público lloraba su ausencia. Y es que en el panorama musical, que una estrella fallezca no significa que deje de serlo ni que no pueda seguir batiendo récords de ventas.
Jim Morrison, Janis Joplin, Bob Marley y Jimi Hendrix, entre otras estrellas convertidas en iconos tras su muerte, conquistaron a nuevas generaciones de fans y recaudaron millones de dólares en derechos de autor y licencias incluso décadas después de que hubieran desaparecido.
Gracias a su vasto archivo de grabaciones de estudio, los discos de Hendrix publicados tras su muerte son cuatro veces más que los que lanzó en vida. El último, “People, Hell and Angels”, debutó en el número dos de Billboard en 2013, 43 años después de que falleciera el legendario guitarrista.
Así, también David Bowie y Prince, fallecidos el año pasado, tienen potencial para seguir generando beneficios, asegura Jeff Jampol. “Los grandes artistas viven eternamente, esperemos”, afirma este experto que se define como “gestor del legado cultural pop” y que ha trabajado con los herederos de Joplin, Morrison o Michael Jackson, entre otros.
Bowie, que tenía fama de ser un avispado empresario, se aseguró de que los derechos sobre su obra quedaran en manos de su familia, supervisados por el que fue su manager. Se calcula que su herencia asciende a más de 100 millones de dólares y podría generar “decenas de miles de millones”, sostiene Jampol.
Quien fue su productor durante mucho tiempo, Tony Visconti, dijo a la BBC que sabía “personalmente” que existe más material nuevo e inédito de Bowie que podría salir a la venta este año. Además, al parecer el icono del glam rock tenía previstas varias antologías para cuando hubiera fallecido, lo que sucedió hace justo un año.
De momento, sus herederos ya han publicado un recopilatorio, “Legacy”, que contiene una versión inédita del single de 1971 “Life on Mars?” y la banda sonora compuesta por Bowie del musical off-Broadway “Lazarus”, con tres canciones nuevas interpretadas por el propio artista británico.
En el caso de Prince, 2016 tampoco terminó con todo lo que el estadounidense tenía que ofrecer. El artista dejó una caja fuerte llena a rebosar de música inédita, pero aparentemente se olvidó de elaborar un testamento. Su patrimonio, calculado en unos 300 millones de dólares antes de impuestos, recayó por defecto en Nelson y sus cinco mediohermanos después de que un juez descartara a decenas de solicitantes.
La herencia de Prince incluye sus estudios de grabación en Paisley Park, donde se ha abierto un museo dedicado a su vida y obra, y dos nuevos discos: el recopilatorio “Prince 4Ever”, publicado por Warner Music en noviembre, y una reedición de “1999” que saldrá a la venta este año.
Además, hay material para muchos álbumes más. Pero por ahora, se está negociando con las discográficas los derechos de publicación de las grabaciones de la caja fuerte, con un precio de partida de 35 millones de dólares. “Vamos a editarlo, remezclarlo y lanzarlo”, dijo Nelson en “Entertainment Tonight”.
Según el abogado Donald David, que gestionó el patrimonio del rapero Tupac Shakur, habrá “discos inéditos de Prince -si la herencia se gestiona bien- para las próximas dos décadas”. No obstante, el debate está en qué significa “gestionar bien”.
“Puedes ser como esos buitres que planean sobre un cadáver buscando los trozos de carne rosada que llevarse”, explica Jampol. “(Algunos) sólo perseguirán la manera de hacer dinero, y creo que eso simplemente contribuye a la putrefacción del cadáver”, añade.
Quienes heredan un legado musical no sólo deben tomar decisiones sobre su publicar material que sus autores decidieron no sacar a la luz por alguna razón determinada, sino también sobre cuánto es demasiado cuando se trata de explotar una herencia para sacarle beneficio.
Así, los herederos del icono del reggae Bob Marley firmaron un acuerdo para comercializar marihuana con el nombre del artista, lo que generó una oleada de críticas que los acusaban de “vender” la cultura jamaicana. Y Michael Jackson apareció como holograma en la gala de los Billboard Music Awards de 2014, lo que fue calificado por muchos fans de “escalofriante”.
La mansión de Elvis Presley en Memphis, Graceland, convertida en meca a la que peregrinan multitud de fans, tiene desde octubre un hotel con 450 habitaciones y este año planea añadir un “complejo de ocio” de 20.000 metros cuadrados. También el fiduciario que gestiona el patrimonio de Prince contrató con el gestor de Graceland para que lo ayudara a convertir Paisley Park en un museo, como a Prince le hubiera gustado.
Sin embargo, no está claro si los tours que se ofrecen actualmente, entre ellos una “experiencia bruch dominical” VIP, y la oportunidad de que los visitantes graben sus voces sobre una canción de Prince en sus estudios formaran parte de los planes del artista. Eso sí, en su inauguración, en octubre, Nelson insistió en que el complejo era “auténticamente Prince”.
“Él no está aquí físicamente, pero a través de Paisley Park y de su música, vivirá para siempre”, añadió.
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