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Las Américas sin Cumbre

Isaac Bigio (*)

La octava Cumbre de las Américas a desarrollarse en Lima este 13-14 de abril se viene convirtiendo en la más conflictiva de su historia. Por primera vez en el transcurrir de estos cónclaves a un país integrante de esta se le quiere impedir que venga su jefe de Estado. El gobierno del Perú ha resuelto que no va a dejar que participe en dicha cumbre al presidente de Venezuela. En respuesta a ello, Nicolás Maduro ha dicho que va a ir a dicha cita “contra viento y marea”, mientras que la primera ministra peruana Mercedes Aráoz ha amenazado con derribar su avión si se atreve a volar sobre el Perú.

Si en la anterior cumbre que se dio hace 3 abriles en Panamá participaron todos los 35 Estados de las Américas, incluyendo Cuba, y había con Obama una tendencia hacia una forma de reconciliación entre EE.UU. y los “gobiernos socialistas”, ahora con Trump hay una tendencia contrapuesta de querer excluir e incluso deponer a varios de estos gobiernos en el hemisferio. Nos encontramos en medio de un giro radical en las relaciones entre las Américas.

Cumbres

La Cumbre de las Américas está diseñada para reunir cada 3 años a todos los 35 mandatarios de todos los 35 Estados soberanos de dicho continente. En diciembre 2004 se dio en Miami la primera de estas, las cuales inicialmente fueron impulsadas por el anfitrión EE.UU. para sentar las bases de un Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA), en el cual se eliminarían restricciones para las exportaciones e inversiones de dicha potencia en el resto del continente.

Entonces la idea era imponer el “Consenso de Washington” sustentado en una homogeneidad neoliberal y apoyado en la victoria norteamericana en la guerra fría donde el bloque soviético se desintegró en varios regímenes que buscaban salir del “socialismo” y promover distintas formas de capitalismo.

Sin embargo, al inicio del nuevo milenio la situación tan favorable a EE.UU. empezó a cambiar con el empantanamiento de sus invasiones en Afganistán e Irak, con la emergencia de nuevas potencias contestatarias como Rusia, China o Irán, y por el avance del chavismo en Latinoamérica.

En 1998 Hugo Chávez gana las presidenciales venezolanas y poco a poco fue haciendo girar a su país hacia las nacionalizaciones. Primero se alió a Cuba y luego empezaron a ser electos una serie de gobiernos izquierdizantes, nacionalistas o amigos de Cuba en la mayoría de las repúblicas sud y centroamericanas (tales como Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua, Paraguay, República Dominicana y Uruguay), así como en diversas Antillas.

Venezuela inició con Cuba la Alternativa Bolivariana de Nuestra América (ALBA), en la cual están o han llegado a estar como miembros plenos u observadores 13 países (más de la tercera parte de los 35 Estados de las Américas). La alianza de Venezuela con los 3 gobiernos consecutivos de Néstor y Cristina Kirchner en Argentina (2003-2015) y con el Brasil liderado por el Partido de los Trabajadores en 2003-2016 acabó anulando la posibilidad del ALBA y gestó un Mercado del Sur (Mercosur) proteccionista y la primera Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR).

Ante dicho avance, Obama (presidente de EE.UU. de enero 2009 al 2017) fue buscando conciliar con esos gobiernos hasta llegar a restablecer relaciones con Cuba. En la última Cumbre de las Américas (Panamá, abril 2015) participaron todos los jefes de gobierno americanos, incluyendo Raúl Castro, haciendo que por primera vez Cuba fuera parte de dichos cónclaves. Solo Chile no pudo enviar a su presidenta Bachelet quien delegó a su canciller.

Exclusiones

Hace un año la administración demócrata en EE.UU. fue sustituida por la de Donald Trump, quien ha manifestado que en el continente va a revertir los acercamientos hacia Cuba y Venezuela, países al que condena como “dictaduras”. Eso se ha ido expresando en la naturaleza de la cumbre.

Si en la última de estas (Panamá 2015) por primera vez todos los 35 Estados americanos estuvieron presentes, en la que se viene, Trump aún no ha garantizado su presencia y se contemplan hacer algunas expulsiones.

Venezuela se ha convertido en el blanco de la primera exclusión. A esta se le acusa de tener un régimen que viene violando los derechos humanos y ser autoritario, mientras que Washington abiertamente promueve un golpe para destituir al “socialismo bolivariano”, el movimiento que inició la ruptura del aislamiento de Cuba y el fin del proyecto de libre comercio en las Américas.

Una norma consiste en que a todas las naciones que conforman una alianza diplomática se les permite enviar a su jefe de Estado a una cumbre oficial de estos, los cuales, a su vez deben contar con la debida protección. Cuando al gobernante de uno de estos miembros se le veta participar, se está poniendo en juego los acuerdos de no injerencia y se está poniendo en juego el futuro de dicho bloque internacional.

Los EE.UU. deben incluso tener que permitir que arriben a Nueva York varios enemigos suyos para que puedan hablar en la sede de las Naciones Unidas, pero el presidente peruano Pedro Pablo Kuszynski ha decidido que puede romper unilateralmente ese principio e irrogarse el derecho de expulsar de la cumbre a uno de sus 35 integrantes sin que medie un consenso entre todos ellos acerca de eso.

Si a Venezuela no se le permite hacerse presente mediante su presidente, se corre el riesgo de que esta no sea una cumbre de todas las naciones americanas y que se termine produciendo una ruptura de dicho organismo. El argumento que se da para excluir a Caracas es que dicho gobierno ha roto las cláusulas democráticas aprobadas anteriormente, pero bajo este argumento también se podrían excluir a otras naciones, como veremos luego.

Esa es una situación sin precedentes y que produce un escenario muy grave. Por un lado puede conducir a auspiciar cada vez más abiertamente un “cambio de régimen” en Venezuela mediante un golpe castrense o una conjugación de distintos niveles de intervención extranjera en los planos económico, político o militar. Por otra parte puede llevar a una fractura de la Organización de Estados Americanos (OEA).

(*) Ha recibido grados y postgrados en la London School of Economics donde ha enseñado política latinoamericana.

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