Por Tom Little
Gaza/AFP
Las perspectivas de un cese del fuego durable en Gaza entre israelíes y palestinos fueron desestabilizadas este viernes luego de que el líder de Hamas rechazara las peticiones israelíes de desarme del grupo palestino.
«Las armas de la resistencia son sagradas. No aceptaremos que estén en la agenda», declaró Meshaal en referencia a las negociaciones previstas para el acuerdo de cese el fuego instaurado el martes y en las que se busca un compromiso durable entre beligerantes con exigencias diametralmente opuestas.
La desmilitarización de la franja de Gaza es un imperativo para Israel. Es «la única vía hacia la paz», sostiene el sitio web del ministerio de Relaciones exteriores, que cita al jefe de la diplomacia Avigdor Lieberman.
Este asunto hace parte de los temas en discordia que complicaron los esfuerzos durante varias semanas de negociaciones bajo auspicio egipcio para lograr el cese de las hostilidades entre el ejército israelí y el Hamas, que controla el enclave palestino.
Luego de varias treguas unilaterales o bilaterales abortadas, ambos bandos terminaron por llegar a un acuerdo sobre el cese del fuego ilimitado, poniendo fin a 50 días de guerra durante los cuales hubo 2.140 muertos del lado palestino y 71 del lado israelí.
Un soldado israelí, herido por un disparo de cohete de Gaza el 22 de agosto, sucumbió el viernes según el ejército, llevando a 65 el número de militares muertos durante el conflicto (8 julio – 26 de agosto), el más fuerte balance para el ejército desde la guerra contra el Hezbolá libanés en 2006.
‘Nadie puede desarmar al Hamas’
El acuerdo de cese del fuego no se hizo público. Nuevas negociaciones deben celebrarse en un plazo de un mes, con el objetivo de llegar a un acuerdo para que las armas no vuelvan a escucharse en unos meses en un territorio que ha experimentado tres guerras en seis años.
Las negociaciones abordarán temas más difíciles, como la desmilitarización de Gaza, la reapertura del aeropuerto del territorio o la liberación de decenas de presos políticos, reivindicaciones solicitadas por los palestinos.
Meshaal, jefe del Hamas que vive en exilio en Catar, trazó sus líneas rojas.
El derecho a las armas «no puede ser objeto de regateos o negociaciones. Nadie puede desarmar al Hamas y su resistencia», dijo el jueves por la noche en una conferencia de prensa.
«Está completamente claro que ni los israelíes ni los palestinos conocerán la paz y la seguridad si el Hamas no es desarmado», respondió el ministerio israelí de Relaciones exteriores israelí, citando a Lieberman, «halcón» del gobierno de Benjamin Netanyahu.
Continúa la ayuda
El jueves, el presidente francés François Hollande pidió «el levantamiento progresivo del bloqueo y la desmilitarización» de Gaza.
Pidió también «garantizar la supervisión internacional de la destrucción de los túneles» construidos por Hamas para atacar; garantizar la «seguridad en la reapertura de los cruces entre Gaza de una parte, Israel y Egipto de otra; y dar a la Autoridad palestina «los medios para responder a la crisis humanitaria y emprender la reconstrucción de Gaza».
En el tercer día de cese del fuego, los habitantes de Gaza se benefician de la relativa normalidad en el territorio, donde barrios enteros fueron reducidos a ruinas por las bombas en Chajaya, Beit Hanun o Rafah.
Decenas de niños de la ciudad de Gaza fueron a la playa a jugar con las olas sin temer ya a los bombardeos israelíes.