Berlín/AFP
Las bolsas mundiales temblaban este viernes ante las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, que provocaban retrocesos en los mercados europeos luego que las bolsas asiáticas cerraran con caídas.
Tras los primeros aranceles estadounidenses contra el acero y el aluminio, el presidente Donald Trump aludió el jueves a sanciones específicas contra las importaciones chinas, por un monto que podría llegar a los «60.000 millones de dólares».
La declaración provocó la caída el jueves de Wall Street, y horas después de Tokio (-4,51% al cierre), Shanghai (-3,39%), Shenzen (-4,49%) y Hong Kong (-3,12%), mientras el dólar caía por debajo de los 105 yenes por primera vez desde la elección de Trump a la Casa Blanca.
Las plazas europeas intentaron inicialmente limitar las pérdidas, pero no tardaron en entrar en zona roja.
A las 11H00 GMT, el CAC 40 perdía 1,54% en París, el Dax cedía 1,44% en Fráncfort, el Ibex 35 retrocedía 1,04% en Madrid y en Londres el FTSE-100 caía 0,59%.
‘Cóctel envenenado’
«Es la primera vez que los mercados reaccionan violentamente a medidas políticas», a «una estrategia desplegada por la Casa Blanca», afirmaron los analistas de Aurel BGC.
El anuncio por Washington que la Unión Europea quedaría en un primer momento exenta de las tasas sobre el aluminio y el acero debía sin embargo haber tranquilizado a los mercados del viejo continente.
Pero el temor mayor es el de una espiral de sanciones proteccionistas, con la amenaza china de imponer derechos de aduana a más de un centenar de productos estadounidenses.
«Esto no augura nada bueno y va a penalizar a las economías de los dos países», opinó Li Daxiao, analista de Yingda Securities.
Más allá de las tensiones comerciales, los mercados temen un «cóctel envenenado» compuesto por «incertidumbre política, agresividad del banco central de Estados Unidos y stress en el mercado del crédito», enumeró Jochen Stanzl, de CMC Markets.
¿Bluff de Trump?
El contraste es espectacular con la euforia bursátil de principios de año, e incluso con el recuerdo de un índice Nasdaq que se acercaba hace solo una semana a su récord histórico según el experto.
Sin embargo, «al final las cosas pueden no pasar a mayores» matizaron los analistas de Aurel, para quienes «Donald Trump quiere negociar y obtener concesiones, y no hundir la economía».
De hecho, los anuncios de Estados Unidos se parecen más a una advertencia que a sanciones inmediatas. El ministro de Comercio Wilbur Ross explicó que se trataba ante todo de un «preludio a una serie de negociaciones».
«Es una gran cortina de humo» que tiene como objetivo «satisfacer a los empresarios estadounidenses al adoptar un tono agresivo» sin tomar medidas susceptibles de «provocar la cólera de Pekín», según dijo Christopher Dembik, responsable de investigación económica en Saxo Banque.
El problema es que «nadie puede predecir» los objetivos reales de Donald Trump, una incertidumbre que detestan los operadores financieros, recordó Yasunari Ueno, de Mizuho Securities.
«La permanente remodelación» que agita a la Casa Blanca no arregla las cosas, agregó el analista. El presidente de Estados Unidos «destituye a responsables moderados en temas internacionales y los reemplaza por proteccionistas partidarios de una línea dura», indicó.