Por Amal Belalloufi/Martine Pauwels
Argel/AFP
Irán y Arabia Saudí volvieron a expresar este martes sus divergencias sobre cómo estimular los precios del petróleo y alejaron un poco más la posibilidad de un acuerdo para congelar la producción en la reunión de los países de la OPEP en Argel.
Los miembros la Organización de Países Exportadores de Petróleo celebran el miércoles una reunión informal para intentar reactivar el precio del petróleo, muy débil desde mediados de 2014 y que ahora ronda los 45 dólares el barril.
Pero las divergencias, en particular Irán y Arabia Saudí, alejan un pacto, como ya ocurrió en una reunión similar en Doha en abril. «Llegar a un acuerdo en dos días no está en nuestra agenda», dijo el martes en Argel el ministro iraní del petróleo, Bijan Namdar Zanganeh.
«Necesitamos tiempo para hacer consultas más amplias», aseguró y explicó que quizás se podría llegar a un acuerdo el 30 de noviembre, en la reunión ordinaria de la OPEP en Viena.
Irán quiere seguir aumentado su producción hasta el nivel anterior a las sanciones internacionales, que se levantaron tras el acuerdo histórico de julio de 2015 con las grandes potencias sobre su controvertido programa nuclear.
«No estamos preparados» para congelar la producción, dijo el ministro, y explicó que el objetivo es llegar hasta 4 millones de barriles diarios (mbd), frente a los 3,6 ó 3,8 mbd actuales, según las fuentes.
Desde mediados de 2014, los precios del crudo están en niveles muy bajos como consecuencia del exceso de oferta, alentado por el ‘boom’ del gas y el petróleo de esquisto en Estados Unidos.
También ha contribuido al declive la estrategia de los países del cártel, que han preferido no reducir la producción para mantener sus cuotas de mercado.
Los países que más dependen de los ingresos de su oro negro piden congelar la producción pero algunos grandes productores, como Irán o Arabia Saudí, se oponen a ello.
Tampoco fue optimista Emmanuel Ibe Kachikwu, secretario de Estado del Petróleo de Nigeria, el principal productor de crudo en África que no quiere congelar su producción. «Necesitamos dinero», reconoció.
«Visión común»
Tras las declaraciones del ministro iraní, su homólogo saudí Jaled al Faleh advirtió que «un sólo país no puede influir en el mercado» aunque se declaró «optimista» sobre la reunión del miércoles, con la esperanza de que los productores «lleguen a una visión común».
Por su parte el secretario general de la OPEP, el nigeriano Mohammed Barkindo, relativizó las divergencias.
«Lo que dijo la República Islámica de Irán pero también los demás países miembros [de la OPEP] forma parte de las negociaciones», aseguró.
Según una fuente cercana al gobierno argelino, la reunión servirá «como mínimo» para establecer las bases de un futuro acuerdo.
Ante estas divergencias, el petróleo abrió a la baja en Nueva York y hacia las 13H00 GMT el barril de «light sweet crude» (WTI) para entrega en noviembre perdía 1,22 dólares, hasta 44,71 dólares, en el New York Mercantile Exchange (Nymex).
Rusia, el otro gran exportador de petróleo mundial junto a Arabia Saudí y que también participa en las discusiones de Argel, dijo por su parte que estaba dispuesta a reducir su producción, actualmente en niveles máximos, según una fuente cercana al gobierno argelino.
Pero el ministro ruso de Energía, Alexandre Novak, puntualizó a la prensa que su país no tomará ninguna decisión hasta que termine la reunión.
Por su parte el ministro iraquí de Petróleo, Jabbar Alí Hussein al Aybi, esperó «resultados positivos» del encuentro para «estabilizar el mercado petrolero mundial».