Marlon Chicas
El Tecleño Memorioso
¿Quién no ha disfrutado a lo largo del tiempo, de una refrescante cebada u horchata, acompañada de pastelitos de guayaba, ciruela o carne, elaborados artesanalmente por las hermanas Elvira (+ 18/06/2018), y Leonor Chacón, en su afamada refresquería de la colonia Las Delicias de Santa Tecla, en el que además se encuentra un hermoso santuario dedicado a San Óscar Arnulfo Romero (+), entrañable amigo de la familia?
Este negocio familiar, se ubicó en un inicio en la acera frente a la casa en mención, que con el correr del tiempo se convirtió hasta la fecha, en un espacio acogedor, visitado por turistas nacionales y extranjeros, quienes han degustado del delicioso sabor del refresco de cebada y sus pastelillos, elaborado con calidad y esmero por sus propietarias.
Para nadie es un secreto que está residencia, se convirtió durante años en el lugar de descanso de San Óscar Arnulfo Romero, en la que encontró un espacio de paz y amor. En los recuerdos de doña Leonor, están vigentes los tiempos de amistad que unieron a la familia con el primer santo salvadoreño.
El cariño hacía monseñor Romero, inició en 1963 de acuerdo con doña Leonor a través de don Raúl su novio y posterior esposo, quien le conversaba frecuentemente sobre el sacerdote que lo abrigó en su parroquia, lo que motivó a doña Leonor escribirle al entonces padre Romero para preguntar si podía casarlos recibiendo del religioso un SI a su petición, desde esa fecha hasta el día de su martirio, monseñor Romero les visitó en casa.
En sus remembranzas resalta que San Óscar Romero, llegó a considerar a la familia Chacón como su “Bethania” en la que sintió la confianza de quitarse los zapatos, ya que era atendido con afecto, por lo que siempre trataron de dar gusto a todas sus necesidades, a tal grado que la madre de las hermanas Chacón era la encargada de preparar continuamente sus frijolitos volteados.
Doña Leonor recuerda con nostalgia las frecuentes visitas a cenar del religioso, en la que perennemente se le asignó una silla de su predilección, rodeado de toda la familia Chacón, ya que gustaba escuchar chascarrillos de locos, animales y borrachines, aparte de admirar los dotes dancísticos de doña Elvira y su hermano Ángel. A lo largo de los años San Óscar Romero convivió con la familia Chacón, en la que siempre mostró respeto, razón y sensibilidad, de igual forma se le recuerda, por su acostumbrado saludo, “Se puede o no se puede”.
Aún se continúa preservando el pequeño santuario dedicado a su persona, en la que se encuentran reliquias del santo, una sotana blanca y una camisa, fotografías, recortes de periódicos, fotos de su niñez, libros, catecismos, así como retratos con la familia que lo acogió durante años. A 43 años del martirio de San Oscar Arnulfo Romero (24/03/80), un póstumo homenaje a su memoria y legado, así como a la labor de las hermanas Chacón en Santa Tecla y al trigésimo tercer aniversario de fundación del Suplemento Cultural 3000.