París/AFP
Antonio Rodríguez
La Unión Europea (UE) ha puesto 17 países en su lista negra de paraísos fiscales, la OCDE uno sólo y la ONG Oxfam tiene a 35 países en la suya, lo que corre el riesgo de sembrar confusión en la lucha contra la evasión fiscal.
Oficialmente no hay competencia, como lo aseguró el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, al publicar el martes una lista comunitaria de 17 paraísos fiscales.
Muchos más que la que difundió la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que se limitó a incluir en la suya a Trinidad y Tobago.
«La OCDE tuvo un papel esencial» abriendo el camino, explicó Moscovici, aunque subrayó que la UE «va un poco más lejos».
Del lado de la OCDE, cuyos trabajos se presentan al G20, la lista europea no plantea, en público, problemas. «No es ilegítimo que un grupo de países como la UE haga su propia evaluación», admitió Pascal Saint-Amans, director del Centro político y administración fiscal de la OCDE.
¿Cómo explicar las diferencias entre las dos instituciones? «En la OCDE no es obligatoriamente pertinente pedir a países en desarrollo que no son centros financieros proceder al intercambio automático de informaciones», lo que supone implementar protocolos restrictivos y técnicos, explicó Saint-Amans.
Algunos países incluidos en la lista se enfadan por el trato que reciben.
Cuando la UE publicó la suya, Corea del Sur, país miembro del G20, fustigó una decisión que va «en contra de los estándares internacionales» y que podría «afectar la soberanía fiscal».
Panamá, que el año pasado tomó disposiciones para no ser inscrito en la lista de la OCDE, denunció, al aparecer en la lista de la UE, «una inscripción arbitraria y discriminatoria».
La existencia de estas dos listas puede «crear confusión entre los países concernidos», afirmó a la AFP un especialista de negociaciones fiscales, que pidió el anonimato.
Una lista sin países europeos
Para Anne-Laure Delatte, directora adjunta del Centro de estudios prospectivos e informaciones internacionales (Cepii), «la iniciativa europea es muy interesante porque va más allá del intercambio automático de informaciones, la base de la OCDE».
«Pero hay un enorme límite: los miembros de la UE no figuran en las listas», señaló. «Gran parte de la evasión fiscal se hace dentro de la UE por caminos que llevan a Holanda o Irlanda. Esos países no son paraísos fiscales, pero permiten acceder», asegura.
Sin olvidar a Estados Unidos que no firmó los acuerdos de intercambio automático de informaciones y cuyos algunos de sus estados aparecen en los montajes de optimización fiscal.
«Partiendo de los criterios que se tienen en cuenta, la UE no debía presentar una lista de micro Estados sin que los grandes paraísos fiscales figuren en ella», dijo Manon Aubry, portavoz de la ONG Oxfam. «Es mucho ruido para pocas nueces. Es una lástima».
Oxfam elaboró en noviembre «la lista negra de paraísos fiscales tal como debería ser realmente», en ella figuran cuatro países europeos (Irlanda, Luxemburgo, Malta y Holanda) y países como Suiza o jurisdicciones británicas como Gibraltar y Bahamas, que no forman parte de la UE.
Pero Moscovici insiste: «No hay país europeo que sea un paraíso fiscal». Aunque reconoce la existencia de «problemas».
Las diferentes listas tienen no obstante repercusiones positivas. «Hay una dinámica», estima Saint-Amans, que presentará nuevos criterios «que reflejar la situación» en la próxima reunión del G20 de ministros de Finanzas en marzo en Argentina.
Para Saint-Amans, el objetivo «no es tener países en una lista negra», sino utilizar esta amenaza para hacerlos avanzar hacia la transparencia.