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LAS LUCES DE #BUKELE: El Poder de la Distracción y la Manipulación en el Comportamiento Social

Por David Alfaro
𝗘𝘀 𝗳𝗮𝘀𝗰𝗶𝗻𝗮𝗻𝘁𝗲 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗰𝘂𝗮𝗹𝗾𝘂𝗶𝗲𝗿 𝗲𝘀𝘁𝘂𝗱𝗶𝗼𝘀𝗼 𝗱𝗲𝗹 𝗰𝗼𝗺𝗽𝗼𝗿𝘁𝗮𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼 𝘀𝗼𝗰𝗶𝗮𝗹, 𝘃𝗲𝗿 𝗮 𝗲𝘀𝗮𝘀 𝗺𝘂𝗹𝘁𝗶𝘁𝘂𝗱𝗲𝘀 𝗮𝘁𝗿𝗮í𝗱𝗮𝘀 𝗽𝗼𝗿 𝗹𝘂𝗰𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗰𝗼𝗹𝗼𝗿𝗲𝘀 𝗰𝘂𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗻𝗼 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗲𝗻 𝗽𝗮𝗴𝗮𝗿 𝘀𝘂𝘀 𝗿𝗲𝗰𝗶𝗯𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝗲𝗹𝗲𝗰𝘁𝗿𝗶𝗰𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗼, 𝗽𝗲𝗼𝗿 𝗮ú𝗻, 𝗻𝗼 𝘁𝗶𝗲𝗻𝗲𝗻 𝗮𝗰𝗰𝗲𝘀𝗼 𝗮 𝗲𝗻𝗲𝗿𝗴í𝗮 𝗲𝗹é𝗰𝘁𝗿𝗶𝗰𝗮 𝗲𝗻 𝘀𝘂𝘀 𝗰𝗮𝘀𝗮𝘀…
El Salvador es un país asolado por la pobreza, con sistemas de Salud y Educación destrozados, pero la realidad parece eclipsada por un espectáculo de luces. Bukele recurre a estrategias visuales: parques iluminados, fuentes luminosas y colores deslumbrantes para cautivar a las masas. Es un método grotesco, pero inquietantemente efectivo, donde la distracción se convierte en la principal herramienta de manipulación.
¿Por qué las masas reaccionan así?
¿Por qué prefieren las luces brillantes a enfrentar sus propias realidades desalentadoras?
Las respuestas radican en la psicología colectiva: la necesidad humana de escapismo, #evasión y la tendencia a buscar consuelo en las distracciones cuando la realidad se vuelve insoportable.
La manipulación visual es una forma de control psicosocial que explota las vulnerabilidades humanas. La luz y el brillo actúan como un velo, ocultando la dura verdad y proporcionando un escape temporal de la desesperanza. Las personas, desprovistas de recursos y oportunidades, se aferran a estas ilusiones luminosas como una tabla de salvación en un mar de adversidades.
Sin embargo, este fenómeno no está exento de consecuencias. El constante desvío de la atención hacia lo superfluo perpetúa la ignorancia colectiva y fomenta la aceptación pasiva de las circunstancias. El pueblo, anestesiado por las luces resplandecientes, olvida luchar por sus derechos básicos y se sumerge más profundamente en un ciclo de opresión y desigualdad.
La reflexión moral que surge de esta corta  reflexión es innegable. Es crucial cuestionar el papel de estas estrategias manipuladoras en la sociedad. Si bien el escapismo puede ofrecer un alivio momentáneo, ¿es ético desviar la atención de problemas fundamentales? ¿Es sostenible perpetuar esta ilusión en lugar de enfrentar la cruda realidad y trabajar hacia soluciones reales?
En última instancia, el reto es hacer despertar a la sociedad de su letargo inducido por las luces deslumbrantes de la mentira. La verdadera esperanza radica en la conciencia colectiva, en el cuestionamiento crítico y en la movilización hacia un cambio que aborde las raíces de la desigualdad y la opresión.

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