Nelson López
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Vivir en el mundo de las mentiras es algo que disfrutan muchos, for sale y los mentirosos sobran a tal grado que se ha concluido en algunos estudios clínicos o científicos que afirman se hicieron con los neonatos, sale que el ser humano desde el momento de su nacimiento ¡miente!
No podemos aceptar esto como una generalidad pero sí podemos comprobar que hay especialistas ya adultos que seguramente nacieron con la mentira en sus cerebros y con la capacidad de engañar a su madre con el primer llanto haciéndole creer que es por hambre aunque sea sólo por quitarle el sueño.
Hay curas afines al partido que representa a la oligarquía criolla, prescription ya sea porque son amigos o porque son curas ultraconservadores, que se atreven a tergiversar la historia afirmando que los marxistas son los creadores de la frase “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”, cuando todos sabemos que esa frase se la endilgan al ideólogo nazi Dr. Goebbels, desde la segunda guerra mundial.
Por supuesto que es de aclarar que estos curas son los mismos que siempre ponen en sus oraciones a los “jóvenes” venezolanos que armaron los desórdenes para desestabilizar al Gobierno del Presidente Maduro, pero llamaron terroristas a la cipotada salvadoreña que se manifestaba en las calles contra la dictadura militar que hizo padecer a la gran mayoría salvadoreña.
Pero la mentira sigue fluyendo en las arterias de la derecha que está convencida que a todos los faltos de educación, los ignorantes, los que no tuvieron acceso a la educación se les puede engañar fácilmente como a sus partidarios que añoran esas mentiras con las que intoxican a sus fieles adictos que son inyectados mediáticamente, día a día como para que no piensen y no alcancen jamás un momento de reflexión propia.
Esos pobres seres son los que siguen creyendo las mentiras que a diario repiten los medios que hacen eco de los engaños permanentes que no cesan y que buscan crear esa confusión que golpea el cerebro a mazazos hasta hacer dudar a quienes siempre dicen “yo no me meto en nada”, “a mi no me importa porque ellos no me dan de hartar” o siempre concluyen: ¡hay que hagan lo que les dé la santa y regalada gana!
La peor farsa que se hizo famosa en estos días es la de una voz que se proclamó la única voz de la derecha y que después de haber calumniado y difamado al Presidente de la República dijo que lo querían callar. ¿Quién los va a callar a ellos? Tienen, haciéndoles el coro, a las grandes empresas propietarias de la voz de todos ellos.
Ya es tiempo que no nos dejemos penetrar por todas esas sandeces. Apartemos todas las mentiras de nuestras mentes y recordemos que en este país, los pobres más pobres de los pobres tuvimos una sola voz y esa fue la de Monseñor Oscar Arnulfo Romero o sea nuestro San Romero de América.