César Ramírez
@caralvasalvador
Un dictador asume que la totalidad o la mayoría de los ciudadanos piden su ascendiente a la primera magistratura, sin elecciones, sin consulta popular, sin una acreditación legal certificada en un documento legal, en ese caso sus pretensiones surgen posteriores al Golpe de Estado del 2 de diciembre de 1931, que terminó con la vida constitucional de aquella época.
El dictador Martínez se apropia de la voz del pueblo en su fracaso ante la falta de reconocimiento internacional liderado por Estados Unidos y el Pacto de Washington de 1923; afirma que muchas voces piden cesar su petición de validación internacional, lo cual no sucede en los meses posteriores a la ruptura constitucional, por el contrario Estados Unidos niega el reconocimiento.
Consciente de su inconstitucionalidad pronuncia que las fuerzas militares le apoyan y además es presidente “constitucional”; recordemos que el presidente constitucional electo fue el Ingeniero Arturo Araujo derrocado por su vicepresidente y si acepta el General Martínez el llamado de la Fuerza Armada es porque él conspiro desde el propio núcleo de traición, así falló a su compañero de fórmula que le brindó su confianza y porque el Ingeniero Araujo ganó la elección en 1931.
Es siniestro que un dictador hable de respetar la constitución, puesto que de origen su antecedente es perverso con las armas contra la institución del poder ejecutivo, el futuro discurso a lo largo de los años desde 1931 hasta 1944 es una saga de violación de la Carta Magna, así lo reseña la Historia.
Cuando la Asamblea Legislativa de 1932 reconoce la legalidad del Golpe de Estado, se convierte en cómplice de todos los atropellos que sufrirá la nación en los siguientes años, así como fue la matanza de 1932 contra la etnia salvadoreña y las consecuencias de la implementación de un Estado Policial por décadas.
En las publicaciones de la época, el presidente constitucional fue perseguido por las fuerzas militares rebeldes y amenazado de muerte, a pesar de la resistencia de sus fuerzas leales.
La Constitución del dictador no es la que los ciudadanos leen, ni la que defienden los letrados, sino la constitución a su estilo, a su conveniencia, de tal forma que la Constitución es un traje a la medida del dictador.
Acontecimientos del Golpe de Estado
El día tres diciembre de 1931 EXTRA Diario Latino en sus titulares destaca: “Ejercito Nacional desconoció al Presidente Ingeniero Araujo. Después de la Rendición de todos los Cuerpos Militares de la Plaza, el Directorio Militar asumió la Jefatura de la Nación de modo inusitado y enérgico. 24 horas para que Araujo desocupe la República. La oficialidad joven asume la alta responsabilidad histórica. El General Martínez Presidente D´ La República. El Ministro de Hacienda murió en tiroteo”.
9 de diciembre de 1931 Diario Latino
El Directorio Militar a los ciudadanos salvadoreños:
En vista de que el señor Ingeniero don Arturo Araujo, que ejercía la presidencia de la República, salió del país el día tres del corriente, a las once y cuarentaicinco minutos de la mañana, el Directorio Militar llamó inmediatamente al Vicepresidente Constitucional, general Maximiliano Hernández Martínez, para que asumiera el Mando Supremo de la Nación, atendiendo a los preceptos constitucionales.
El Señor Presidente, General Martínez, ha asumido ya la Presidencia de la República y, en consecuencia, ha empezado, conforme la marcha de los acontecimientos, a formar su Gabinete.
El Directorio Militar hace un llamamiento al Pueblo Salvadoreño para que desarrolle con entera confianza sus distintas actividades, en atención a la política que hoy inicia, la cual conforme los anhelos del Directorio, será de progreso y absoluta legitimidad de todos los derechos ciudadanos.
El Directorio se complace en participar al Pueblo que el movimiento regenerador debido a du patriótico esfuerzo, se ha verificado sin menoscabo de la tranquilidad pública que continúa inalterada, y con la colaboración de los mejores elementos del país.
El movimiento que ha culminado con el triunfo del día tres de diciembre, no ha tenido ni tiene nexos con ningún Partido de la política militante o personalista, y en tal virtud, el Directorio está cierto de que el Gobierno recién inaugurado dirigirá el país sin prejuicios ni parcialidades capaces de estorbar el bien general, inspirándose únicamente en los derechos e ideales de público interés, y acogiéndose estrictamente al amparo y mandato de las leyes. San Salvador 6 de diciembre de 1931. Osmín Aguirre y S., Coronel Manuel Urbina, Capitán V. Antonio Pacheco y otros…
En el libro Balsamera bajo la Guerra Fría: El Salvador 1932, Historia intelectual de un etnocidio /Rafael Lara-Martínez – Soyapango, San Salvador: Editorial Universidad Don Bosco, 2009 pág. 292 el siguiente pronunciamiento:
“Del manifiesto de presidente constitucional de la república, general don Maximiliano Hernández Martínez al pueblo salvadoreño
Conciudadanos:
Una mayoría abrumadora de vosotros me ha pedido que continúe al frente de los destinos del Nación como Presidente Constitucional de la República, y distintas corporaciones y agrupaciones sociales del país, al unísono con las madres cuscatlecas, han hecho llegar a mí su sentir, externando todos vosotros el deseo de que cesara las gestiones para obtener el reconocimiento de mi Gobierno por parte de los países hermanos y extranjeros que con el nuestro han mantenido y mantienen las mejores relaciones fraternales e internacionales a pesar de la falta de reconocimiento. Como ciudadano patriota, como soldado y como Presidente Constitucional de la República, en vista de vuestra excitativa y del vibrante y patriótico manifiesto que el ejército dirigió al Pueblo Salvadoreño, haciéndoles saber que apoyaba mi Gobierno Constitucional, tengo en estos momentos que deciros: que accedo a vuestro deseo y que continuaré al frente del Gobierno por el tiempo que ordena nuestra Constitución.
Conciudadanos: Os agradezco y os prometo que será la norma de mis actos nuestra Ley Fundamental y vuestros noble propósitos de que la Constitución de nuestra Patria sea respetada por propios y extraños.
No juzgo del caso hacer presente a la conciencia nacional la constitucionalidad de mi Gobierno, ya que una gran mayoría de vosotros me elegisteis para Vicepresidente en los comicios de enero de 1931. Al hacerlo, fue en uso de un derecho constitucional, y la Honorable Asamblea Nacional recibió mi juramento solemne de cumplir los deberes de mi cargo.
Por motivos que conocéis, el Presidente titular, Ingeniero don Arturo Araujo, abandonó el territorio nacional, y el Directorio Militar, el 4 diciembre del año próximo pasado, me llamó al ejercicio del cargo que ahora desempeño con beneplácito de una gran mayoría de vosotros. Y al manifestaros mi inquebrantable propósito de permanecer en la Primera Magistratura del Estado, dentro de los cánones constitucionales, os empeño una vez más mi honor de militar y de patriota, que procuraré continuar mereciendo la confianza que en mi habéis depositado, y que no tendré otra aspiración que la grandeza y bienestar de nuestra Patria.
Vuestro Jefe y Amigo
Maximiliano Hernández Martínez”
Ahora existe la nostalgia de los fanáticos 2023-2024, la comprendemos en el espejo del General Martínez que en esencia es: reelección, temor, terror, represión, exilio, muerte etc. y ese rosario de tragedia no lo deseamos en nuestra Patria. amazon.com/author/csarcaralv