Por Leonel Herrera*
No estoy descargando únicamente en las mujeres la responsabilidad de enfrentarse al régimen antidemocrático que somete al país. Lo que quiero decir es que su valentía y decisión de luchar terminarán, más temprano que tarde, provocando que toda la población se levante y dé por terminada la dictadura de los Bukele.
No lo digo para congraciarme con ellas, aunque sí lo hago como un homenaje a su expresiva, alegre, denunciante, demandante y desafiante movilización del pasado 8 de marzo, en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.
Y tampoco lo digo sólo por su lucha tenaz por el respeto y cumplimiento de sus derechos vulnerados en el marco de la grave regresión democrática que sufre el país, sino porque ellas están en primera línea de la batalla por los derechos de toda la población, especialmente de los sectores más agraviados por este régimen autoritario.
Son mujeres quienes lideran o destacan en varias organizaciones de derechos humanos y movimientos de víctimas inocentes del régimen de excepción, de trabajadoras y trabajadores públicos despedidos, de presas y presos políticos, de defensa del agua y del medioambiente y otros ámbitos de la lucha social.
Son mayoritariamente mujeres las que combaten la desinformación y denuncian la corrupción, los abusos de poder, las arbitrariedades, las ilegalidades, las promesas incumplidas, las soluciones falsas y la mentira incesante y omnipresente de la propaganda gubernamental. Lo hacen sin miedo, superando el miedo o evitando que el miedo las inmovilice.
Aunque me gustaría, no voy a mencionar sus nombres; además, no es necesario, quizás ellas no estarían de acuerdo y, en todo caso, ya sabemos quienes son. Están ahí, todos los días en sus organizaciones, en los territorios, en los medios de comunicación y en las redes sociales, cumpliendo el papel y la misión que este difícil momento de la historia les ha demandado.
También lo digo porque son dos mujeres las voces más relevantes de la oposición en la Asamblea Legislativa. Son verdaderas «voces en el desierto»; en un desierto extremadamente seco, árido y hostil por la ignorancia, prepotencia, imposición y ausencia de diálogo, propuestas y pensamiento propio de quienes dominan el ambito legislativo de manera obscenamente servil, obedeciendo órdenes de Casa Presidencial.
Por el bien del país, es deseable que estas mujeres luchadoras se junten y convoquen a todos los sectores nacionales, insten al pais a perder el miedo y llamen a la ciudadanía a recuperar el sentido crítico, la dignidad y el espiritu de lucha.
Ojalá las mujeres lo hicieran pronto. Si lo hacen van a poner a temblar a este regimen machista y mentiroso que se ensaña de manera cruel, sádica y cobarde con la gente pobre, débil, desposeída y vulnerable, mientras se codea con los poderosos, los ricos y los verdugos históricos del pueblo salvadoreño.
Este gobierno ilegal e ilegítimo no podrá contra la decisión, el acierto y la valentía de las mujeres luchadoras, aunque utilice todo su poder para amenazarlas e intimidarlas. No podrá, sobre todo cuando el resto de la población acate su llamado, siga su ejemplo y luche alegre y sin miedo junto a ellas.
*Periodista y activista social.