Las mujeres pájaras

Manuel Luna

María Ángeles comenzó a llamarla “ Pájara ”, La mujer pájara.

Después comencé a verlas, a encontrarlas, en otras ciudades.

Una primera que vi, fue aquella mañana en el Mcdonalds

de Vermont y Melrose en la ciudad de Los Angeles California.

La mujer estaba dormida sentada frente a la mesa.

Siempre llegaba por las mañanas, cargando sus bultos,

tres bolsas negras grandes de plástico, que contenían

su vida,  su casa, sus pertenencias recogidas de no sé donde

Ahí estaba la primera mujer pájara

Así, fui encontrando otras

Hoy, esta noche  apareció otra – mujer pájara- subió al  trolebús,

cargaba sus dos bolsas  negras grandes de plástico,

las que un pasajero le ayudó a cargar y subió

tropezadamente, sentándose frente a mí

Su cuello sumido dentro de sus hombros

Conversaba ella sola frente a la ventana,

contestándose a ella misma no sé que preguntas,

de qué pasado o de ese presente de su vida.

Bajo del trolebús caminaba  dentro de esas calles ya sin gente,

que le daban su origen mítico urbano.

Era  de noche, era en  la ciudad de México.

Luego encontré otra mujer pájara en  San Salvador,

ese día cayendo la tarde, esa mujer cruzó mi camino

con sus bultos, tres bolsas negras de plástico.

Vivía ella en ese predio baldío cerca de la casa

cuando pasaba frente ahí, ella cruzó mi camino

se detuvo frente a mi  hablando de  sus  dos hijos.

Los que habían aparecido muertos cuando la guerra

adentro de dos bolsas  negras de plástico .

Me dijo antes de alejarse: – hijo –

Estas son las bolsas  y ya no están mis hijos, ¿dónde están?

No supe que decir ni que contestar, nunca  se me olvidan

esas figuras urbanas, como aves silenciosas de las calles

esas mujeres pájaras que están en todas las ciudades.

Ver también

Ilustración de Iván Alvarenga. Sin título. Portada Suplemento Cultural Tres Mil, sábado 14 diciembre 2024