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Claudia Vásquez es una emprendedora de artesanías en barro negro elaboradas en Guatajiagua, Morazán, el producto que más comercializa es la olla frijolera. Foto: Diario Co Latino / Samuel Amaya.

Las MYPES salvadoreñas son un sector muy heterogéneo, segmentado y complejo

Samuel Amaya
@SamuelAmaya98

La Fundación Salvadoreña de Apoyo Integral (FUSAI) dió su primer informe sobre el estado actual de la Micro y Pequeña Empresa 2023: la otra cara de la economía, desarrollado por el observatorio MYPE, una de las iniciativas de la institución que busca generar una mirada del estado actual de los micros y pequeños empresarios de El Salvador.

Luis Castillo, director corporativo de FUSAI, dijo que el sector MYPE ha constituido con empleados y empresarios de la micro y pequeña empresa, que es la fuente de 7 de cada 10 empleos en El Salvador. La mayoría trabajando en el sector informal.

“En FUSAI lanzamos la idea de Observatorio con el objetivo de dar visibilidad a la lucha admirable de estos salvadoreños patriotas ejemplares y contribuir a elevar la calidad del debate sobre el sector MYPE en la agenda nacional, pero queremos hacerlo desde una óptica muy propia, la de los mismos empresarios (emprendedores)”, enfatizó Luis Castillo

El presidente corporativo de FUSAI dijo que este primer informe explora el impacto de la migración en el sector, la situación de casi un millón de asalariados informales, las condiciones de vida de sus familias, los niveles de adopción digital, la inclusión financiera y en general, el estado de las expectativas y ánimo empresarial hasta marzo de 2023.

“De esta primera entrega surge una conclusión clara para nosotros, las MYPES son un sector muy heterogéneo, segmentado y complejo y mucho más de lo que pensamos. Si queremos encontrar formas de volverlo motor de desarrollo se impone una ardua y sistemática tarea de investigación, no podremos entender nuestro país, sin atender a las MYPES, que son el corazón de la salvadoreñidad”, enfatizó Castillo.

El informe del estudio incluye más de 12 mil 500 encuestados, 16 estudios parciales y se realizó con una muestra representativa en todo el país.  El último estudio de este tipo fue realizado en 1996 pero la información recopilada en ese entonces no se adapta a la actualidad.

Castillo destacó que el informe se inició a formular a partir de 2020, ha sido elaborado con rigor económico y busca ser funcional como una herramienta de consulta para diferentes sectores.

El economista, William Pleitéz, que dicho sea de paso formó parte del equipo investigador que trabajó en la realización del informe, enfatizó que previo a iniciar con las indagaciones, era “sorprendente” los vacíos de información sobre las MYPES en el país, en la mayoría de las ocasiones permanecen ausentes en la discusión de políticas públicas por parte de las autoridades

Para 2022, según cálculos del observatorio Mype, habían 833,164 micro y pequeños negocios. El documento señaló que las MYPES se concentran principalmente en servicios (39.6%) y comercio (43.3%).

El 46% de las MYPES cuentan con 5 años o menos de haberse fundado, por lo que se puede concluir que existe un patrón de establecimientos que son cerrados y reemplazados. Además, los resultados arrojaron que las MYPES se encuentran cerca de sus públicos, ya que un 51.3% afirmaron que están ubicados en las mismas colonias, barrios, caseríos o cantón, el 37.7 se mencionó que están en el mismo municipio.

El estudio clasificó a las MYPES en tres categorías: de subsistencia, de acumulación simple y acumulación ampliada. La primera, se caracteriza por tener una baja productividad y buscan solamente generar ingresos para consumirlo de forma inmediata; estas tienen ventas mensuales de menos de $1,200. La segunda, es que generan ingresos que cubren los costos de actividad comercial, más no excedentes necesarios para invertir en capital; estas tienen ventas mensuales de entre $1,201 y $4,200. Mientras que la tercera, son las que tienen productividad suficiente para generar excedentes e invertir en el crecimiento de la empresa, estas tienen ventas de $4,201 y $8,300.

El evento organizado por FUSAI se desarrolla en un hotel capitalino con expertos en economías y por supuesto, con los micros y pequeños empresarios. Foto: Diario Co Latino / Samuel Amaya.

En el evento participaron emprendedores para dar a conocer sus productos, ya que ellos también forman parte de todo el entramado económico que hace caminar al país.

Claudia Sánchez, de 39 años, es fundadora de la marca “Dulce Marín”, con la cual creó la bebida natural llamada “Fresh”, se trata de una limonada con hierbabuena en una botella de 365ml a un cómodo precio de $1.25.

Su emprendimiento nació hace dos años con la idea de crear algo propio, que sea práctico y que sobre todo sea 100% natural. Los principales beneficios que se obtienen al tomar de esta limonada con hierbabuena, es la vitamina C. “Después de la pandemia que vivimos, nos hemos dado cuenta de que en cada kit de medicamentos siempre iba una vitamina C, pues el limón tiene esta propiedad”.

Dulce Marín también tiene otros productos, por ejemplo, el café helado, la horchata de morro sin arroz ni maní. Dulce Marín tiene productos nostálgicos, como tustacas, las originales de San Miguel Chinameca; miel de abeja y algunos otros productos de harina, los cuales se pueden adquirir en redes sociales.

La emprendedora de sorbetes artesanales, Johana Rodríguez, de 29 años, también fue una de las participantes en el evento. Rodríguez es una de las fundadoras de la marca “Conitos Sorbetes Artesanales”, la cual nació en 2020. “La intención de este emprendimiento inicialmente era generar ingresos extras con Marvin Alfaro (socio), entonces, decidimos hacer este negocio para fines de semana, pero, en 2021, ambos dejamos nuestros trabajos y nos dedicamos al 100% con este negocio”.

Rodríguez explicó que niciaron con la venta de combos de saberte artesanal a familias de sus colonias en Lourdes, Santa Tecla y alrededores. Luego, su plan era expandirse a áreas de eventos sociales y empresariales. Actualmente, cuentan con un punto de distribución en Santa Tecla. Este emprendimiento se puede encontrar en redes sociales como Conitos.sv.

Claudia Vásquez, de 46 años es otra emprendedora que comercializa artesanías en barro negro elaboradas en Guatajiagua, Morazán. Para los habitantes de esa zona este arte es un patrimonio histórico y cultural. “Nos hace un poquito diferente este tipo de barro del barro común (rojo) por el color, este es barro quemado y sellado con el nacazcol, no tiene ninguna sustancia química y no se le agrega ningún otro producto”.

Este proyecto nació en la época de la pandemia, pero inició comercializando, es decir, irlo a comprar a Guatajiagua para luego revenderlos en las ferias o en las afueras de los pasajes donde habitaban; sin embargo, ahora cuentan con un taller propio, es decir, tienen artesanos que trabajan exclusivamente para su empresa.

Entre sus principales artesanías se podrían presenciar anafres, porrones, cantaros, tostadores de tortilla, tostador con hoyos para azar carne, pero lo que más se comercializa es la olla frijolera, “porque la comida en barro es otro sabor”. Para comercializar sus productos, hace lobby (negociaciones) con centros comerciales, ferias, fiestas patronales y ahí surge la idea de capacitarse a través de FUSAI. Este emprendimiento se puede encontrar en Facebook como Barro Negro: Variedades Claudia.

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