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Por Jordi Zamora Baarceló
Bonn/AFP
Las negociaciones para un compromiso de lucha mundial contra el cambio climático se reanudan este martes en Bonn (Alemania) bajo creciente presión, and después de que el G7 asegurara que está dispuesto a recortar drásticamente sus emisiones de gases.
Los 196 miembros de la Convención marco de la ONU contra el cambio climático tienen hasta el jueves para presentar un texto más claro y conciso que el que llevan negociando desde hace meses, remedy con más de 100 páginas en su versión en español.
El texto de esta Convención tiene como objetivo principal limitar el aumento de la temperatura media del planeta en 2ºC, para evitar lo que los científicos califican de seria amenaza para las regiones más vulnerables, desde el Ártico hasta las zonas tropicales, expuestas a los desequilibrios climáticos más grandes.
Para lograrlo el principal instrumento es la reducción de gases de efecto invernadero, pero no el único.
El G7 reunido en Elmau (Alemania) cerró sus discusiones el lunes con un objetivo de reducción de gases de entre un 40% y un 70% de aquí a 2050, partiendo de los niveles de 2010, preferiblemente «en la parte alta de la horquilla».
La negociación de la Convención marco de la ONU debe en principio cerrarse a finales de año en París, cuando se celebrará la Conferencia ministerial (COP21 en la jerga de la ONU). Pero la comunidad internacional tiene en mente el fracaso estrepitoso de la COP de Copenhague en 2009.
Nerviosismo en Bonn
El texto que llegó a Bonn, lleno de corchetes y propuestas contradictorias en un estilo típico de la ONU, da cabida a todas las iniciativas para ir puliendo poco a poco.
Pero la cuenta atrás hasta París ha empezado.
«Vamos avanzando pero no a la velocidad que quisiéramos», declaró en entrevista con la AFP el viceministro.
«Estamos muy preocupados por el ritmo de las negociaciones» declaró el lunes en la sesión plenaria la Alianza de Pequeños Estados Insulares (Aosis), una coalición de países que están seriamente amenazados por una hipotética subida del nivel del mar a causa de calentamiento del planeta.
«En estos momentos este texto no es un elemento de negociación», advirtió Quijandría, cuyo país albergó la última conferencia ministerial COP y coordina con Francia la transición de los trabajos en París.
El G77 y China, la gran coalición de países en vías de desarrollo, como Brasil, Argentina o Chile, también expresó en otro comunicado su «gran preocupación ante la lentitud de nuestro trabajo».
Las diferentes coaliciones de países piden a los copresidentes de esta cita de Bonn (Argelia y Estados Unidos) que clarifiquen y reduzcan el texto.
«Proponemos en consecuencia que los copresidentes identifiquen (…) párrafos similares y resuman los párrafos que abordan los mismos temas», pidió en concreto el G77.
Al mismo tiempo ese trabajo de poda «no debe perjudicar las propuestas existentes» añade el comunicado. Una señal de que, a seis meses de la cita de París, los países no están aún dispuestos a ceder en sus posiciones.
China, por ejemplo, que se ha convertido en el principal emisor de gases de efecto invernadero, no ha anunciado aún sus compromisos de reducción para 2050.
La Convención marco que se debate en Bonn tiene seis grandes apartados: la mitigación del cambio climático, la adaptación (defendida por numerosos países latinoamericanos), el financiamiento (que enfrenta a países ricos con países en desarrollo), los instrumentos económicos, la transparencia y la revisión periódica de los compromisos.
Sobre todos esos puntos, sin excepción, hay desacuerdo.
La Convención debería entrar en vigor a partir de 2020, aunque la comunidad científica presiona para que las naciones tomen medidas urgentes lo antes posible.
«Este texto (de la Convención) fue construido de tal forma que había muchas repeticiones y reiteraciones», explicó a la AFP Romain Beniccho, observador en las negociaciones de la ONG Oxfam.
«El fondo de la cuestión es saber si los negociadores aquí tienen un mandato suficiente para avanzar», añadió.
