Por Charlie Charalambous
Nicosia/AFP
Las negociaciones para poner fin a la división de 42 años de la isla Chipre vuelven este martes otra vez al punto muerto, tras una nueva ronda de conversaciones sin resultados entre los dirigentes chipriotas griego y turco en Suiza.
La reunión desde el domingo en un gran hotel de la localidad helvética de Mont Pélerin entre el presidente chipriota griego, Nicos Anastasiades, y el líder turcochipriota, Mustafa Akinci, acabó sin acuerdo y sin fecha fijada para otra tanda de negociaciones.
Ambos ya habían mantenido en el mismo lugar cinco días de negociaciones entre el 7 y el 11 de noviembre, bajo la égida de la ONU. Las dos partes llevan negociando desde mayo de 2015.
Pese a que realizaron «sus mejores esfuerzos», no consiguieron «las convergencias necesarias» que habrían «cimentado el camino para una última etapa de negociaciones», admitió el portavoz de la ONU, Aleem Siddique, en un comunicado.
Un viejo conflicto
El tema de la división de Chipre es uno de los más viejos conflictos del mundo, y varios intentos de reunificación fracasaron, el último de ellos en 2004.
Chipre está dividido desde 1974, cuando el ejército turco invadió el norte de la isla en reacción a un golpe de Estado que pretendía unir Chipre a Grecia.
La invasión provocó el desplazamiento entre el norte y el sur de decenas de miles de personas, que tuvieron súbitamente que abandonar sus bienes. Desde entonces, la República de Chipre, miembro de la UE desde 2004, sólo ejerce su autoridad sobre la parte sur, donde viven chipriotas griegos.
Los turcochipriotas viven en el norte, donde se ha autoproclamado una República Turca de Chipre del Norte (RTCN), sólo reconocida por Turquía.
Las dos delegaciones negociadoras tenían la misión de diseñar un mapa con fronteras internas que delimiten las dos entidades –chipriota turca y chipriota griega– que formarán una futura federación. Debían resolver asimismo el tema de la expoliación de bienes.
Tras el fracaso de las negociaciones, el portavoz del gobierno grecochipriota admitió que no había sido «una buena noche para nuestro país».
«No estamos contentos, y lamentamos que debido a la actitud turca no haya sido posible cerrar el proceso» negociador, dijo a la prensa el portavoz Nicos Christodoulides.
Por su lado, el líder turcochipriota acusó a la parte grecochipriota de mantener «posiciones maximalistas» en cuestiones territoriales.
Ahora, «ambas partes decidieron volver a Chipre para reflexionar sobre la vía a seguir», indicó a su vez el portavoz de la ONU.
Los dos dirigentes habrían estado sin embargo cerca de un acuerdo sobre la parte de la isla que le correspondería a la entidad chipriota turca: Akinci sugiere en torno al 29,2% y Anastasiades propone 28%.
Aunque son claramente minoritarios, los chipriotas turcos controlan actualmente un 36% de la isla.
Persisten divergencias
Pero las divergencias persisten sobre otros temas espinosos, como el proceso de restitución, compensación o intercambio para los propietarios expoliados de sus bienes.
El presidente Anastasiades desea el retorno de al menos 100.000 Chipriotas griegos a las propiedades que debieron abandonar. Por su parte, los chipriotas turcos desean que el menor número de gente deba abandonar sus hogares.
Siempre se ha admitido que en caso de solución, parte de las tierras o casas en el norte serán restituidas a los originales propietarios chipriotas griegos.
Pero más de 40 años han pasado desde la división y los chipriotas turcos han hecho su vida en estas propiedades, y consideran inconcebible abandonarlas.
Además, también hay chipriotas turcos expoliados de sus bienes en la parte sur de la isla, que esperan recuperarlos o ser indemnizados.
«No hubo resultado concreto, en particular en lo referente al tema de los chipriotas griegos que podrían volver a sus casas», admitió el portavoz Christodoulides.
Los dirigentes de las dos entidades habían fijado el final de 2016 como plazo para llegar a un acuerdo, una fecha que ahora parece claramente inalcanzable.
Cualquier futuro acuerdo debe ser sometido a referéndum en cada una de las dos partes de la isla, donde estas negociaciones de paz están lejos de generar unanimidad.