@OscarCoLatino
El Fray Domingo Solís externó a los asistentes a la misa de la Cripta en Catedral Metropolitana, que las palabras de Monseñor Oscar Arnulfo Romero “siguen teniendo actualidad”.
En una de sus homilías, Monseñor Romero reflexionó sobre la situación social que atravesaba el país. Solís dijo a los feligreses que el obispo mártir instaba a los cristianos a “ser como una antorcha”, es decir, que con su ejemplo impulsar un cambio en sus comunidades.
De igual forma, en su homilía, Romero instó a los católicos que desempeñaban otras distintas profesiones u oficios a ser “luz en su propia profesión”.
“Mi cargo de obispo es mi profesión, la de mis hermanos sacerdotes en los pueblos y parroquias es su vocación, y vocación de la ustedes laicos, el médico, abogado, el ingeniero, el empleado, la vendedora, el hombre brilla cuando hace de su profesión un servicio a la humanidad”, dijo el obispo mártir en una de sus homilías.
Fray Solís, agregó a las palabras de Romero que las “buenas obras son el resplandor de la Iglesia”, por lo que insistió a los feligreses a practicar esas buenas obras con los más necesitados.
Asimismo, fray Solís coincidió con Romero, que en su homilía dijo que “cómo no le va a doler a la iglesia una civilización de egoísmo, una civilización de desigualdades”.
Y es que al igual que en la época de Monseñor Romero, la sociedad salvadoreña se caracteriza por las grandes desigualdades entre sectores, muchas de estas brechas no se han eliminado por lo que continúan en la actualidad.
“Se hicieron como una costumbre entre nosotros, como si fueran clases de hombres, los ricos y los pobres, somos la misma carne, somos del mismo origen y tenemos el mismo destino si a todos no ha amado Cristo y con todos se ha identificado”, predicó Monseñor Romero a los feligreses que escuchaban sus homilías.
Solís concluyó preguntando a los feligreses congregados en la Cripta ¿qué diría Monseñor Romero de los migrantes, de tanta pobreza, de tanta violencia en nuestras colonias?
“En aquel tiempo Monseñor Romero habló así cuando estaba en medio de una cruenta guerra, ahora nos está hablando para que miremos la realidad y podamos ser luz, ser sal, la iglesia tiene que ser sal de la tierra y luz del mundo”, concluyó Fray Solís.