Ginebra / AFP
La situación de las ballenas y de los gorilas de montaña en grave peligro en el pasado, mejoró gracias a la lucha contra la caza y el furtivismo, según un estudio de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Otrora considerada como una especie «en peligro», el rorcual común, el animal más grande del mundo después de la ballena azul, está clasificado ahora como «vulnerable», ya que la población mundial casi se duplicó desde la década de 1970 gracias sobre todo a la prohibición de la caza de ballenas, según la Lista Roja actualizada por la UICN.
La protección casi completa del rorcual común, que mide unos 20 metros de largo, permitió que la población mundial aumentara hasta los alrededor de 100.000 ejemplares.
La situación de las ballenas grises, cazadas desde hace siglos por su grasa y su carne, también mejoró y pasó de la categoría «en peligro crítico» a «en peligro».
Esta actualización de la Lista Roja aporta también esperanza a los gorilas de montaña, cuyo estatus de conservación pasó de «en peligro crítico» a «en peligro» gracias sobre todo a las patrullas contra la caza furtiva.
Mientras que en 2008 se calculaba que había alrededor de 680 ejemplares, en 2018 son más de 1.000, la cifra más alta jamás registrada.
El hábitat de los gorilas de montaña está limitado a áreas protegidas que abarcan 792 km2 en dos regiones de la República Democrática del Congo, Ruanda y Uganda, el macizo de la Virunga y la región de Bwindi-Sarambwe, dos sitios rodeados de tierras intensamente empleadas para la agricultura por una población humana cada vez mayor.
Según la UICN, varias amenazas pesan sobre esta subespecie. La organización cita la caza furtiva, los trastornos civiles recurrentes y las enfermedades introducidas por el hombre, que van desde infecciones respiratorias hasta el virus del Ébola.
«Esta nueva actualización de la Lista Roja ilustra el alcance de las acciones de conservación a través de las mejoras de los estatus constatadas para el rorcual común y el gorila de montaña», subraya en un comunicado la directora general de la UICN, Inger Andersen.
Esta última actualización, que aborda 96.951 especies –de las que 26.840 están amenazadas de extinción– revela que las amenazas a la biodiversidad siguen estando presentes y tienen un peso sobre la seguridad alimentaria.
Así, la sobrepesca provoca un declive de las especies de peces en algunas partes del mundo en vías de desarrollo. Por ejemplo, 13% de las especies mundiales de mero y 9% de los peces del lago Malaui, el tercero más grande de África, están amenazados de extinción.