Gloria Silvia Orellana
@SilviaCoLatino
Las comunidades del Bajo Lempa, se encuentran en la lucha por la vida por el abastecimiento de agua y en resistencia social contra la industria de la caña de azúcar, que socavan sus afluentes, contaminan con pesticidas o madurantes y que vicia el oxígeno con las extensas quemas de rastrojos en la zona.
En el marco del “Día Mundial del Agua”, propuesto por la ONU en el año de 1992, para Patrocinio Dubón es solo una fecha representativa de un derecho, que por ahora, no tiene mayor consonancia con la realidad que viven las comunidades de la zona rural en el territorio nacional.
Dubón es presidente del sistema de agua rural en el cantón San Carlos Lempa, municipio de Tecoluca, departamento de San Vicente, activista y excombatiente, afirmó que trabajan desde 1995, dando servicio a 26 comunidades rurales que van desde San Nicolás, hasta Montecristo, a través de ayuda internacional y otras organizaciones como CORDES y CRIPDES.
“Este sistema viene de una tubería madre de 6 pulgadas, que nos trae el agua de Santa Bárbara, que está arriba de San Nicolás (Lempa), ahí donde está la fuente a 13.5 kilómetros de distancia la bomba que trabaja por impulsor de energía eléctrica, para traerla al tanque de almacenamiento, y poder llevar el agua hacia las comunidades que están al sur. Son mil 300 familias usuarios que tenemos, pero son más los beneficiados, que nos lleva a un promedio de dos mil personas”, explicó.
No obstante, todo el trabajo de este grupo de comunidades en su sistema rural de agua que cumplen con las exigencias del Ministerio de Salud, sobre potabilidad y exámenes de metales pesados. La escasez de agua es evidente, la deforestación de la cuenca alta del Lempa, la extracción excesiva de agua y el cambio climático, ya son evidentes.
“Desde hace dos años comenzamos a racionar el servicio del agua, servimos un día agua a una comunidad y al siguiente día a otra. Hemos estado con ese ejercicio, pero a partir de como siga la existencia de ese manto que tenemos, tendremos que racionarlo más, porque es necesario hacer buen uso del agua. El tema agua es bien difícil, porque los mantos de agua están bajando y la población se está multiplicando, eso viene a generar crisis social”, sostuvo.
Silvia Yanira Sánchez, de la comunidad Santa Mónica, en el cantón San Fernando, municipio de Tecoluca, San Vicente, resalta como el río Agua Caliente, del cual se abastecen 113 familias, está bajando constantemente el volumen de sus aguas, que atribuye a los extensos cultivos de la caña de azúcar y las primeras consecuencias del cambio climático.
“Nuestro tanque ahora tenemos de 22 metros cúbicos, pero el cultivo de caña, que saca agua sin control y a toda hora, nos ha hecho racionar la distribución de agua en nuestra comunidad. Aquí priorizamos a los niños en la escuela, les suministramos agua para que preparen sus alimentos, tomen agua y cuidamos su salud. Este problema comenzó hace cinco años, cuando llegaron y no solo es el agua también las fumigaciones aéreas y las quemas, es un gran problema”, manifestó.
Patrocinio Dubón y Silvia Sánchez, coincidieron en el rechazo a la decisión de la comisión legislativa de Medio Ambiente y Cambio Climático, sobre el carácter privatizador que podría tener la Autoridad del Agua, que consideraron no representan sus demandas sociales.
“La gran diferencia es que nosotros trabajamos sin fines de lucro, además al elegir representantes para esa junta directiva, jamás serían las rurales las que tomen en cuenta”, dijo Dubón,
Mientras, Silvia Sánchez, manifestó: “la privatización del agua traerá más problemas de subsistencia a nuestras familias, y en especial a las mujeres. Nuestra realidad es la contaminación, la carencia de agua y la posible privatización del agua”.
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