Nueva York/AFP
Juliette Michel
La zona rural de Estados Unidos, fiel a Donald Trump en las elecciones, se estremeció por el ataque de China a la soja estadounidense que podría afectar gravemente a ese sector.
China es el principal comprador de la oleaginosa estadounidense. El año pasado adquirió el 30% de la producción por un monto de 12.000 millones de dólares.
En represalia a sanciones comerciales anunciadas por Washington, Pekin dijo el miércoles que quiere imponer derechos de aduana de casi 25% a la soja importada lo cual desató el temor de los productores estadounidenses.
«Advertimos a la administración y a miembros del Congreso que eso podía ocurrir desde que se comenzó a hablar de gravámenes a las importaciones», dijo John Heisdorffer, presidente de organización que nuclea a los productores estadounidenses de soja.
La decisión china «tendrá un efecto devastador en todos los productores de soja de Estados Unidos», afirmó.
El precio de la soja cayó bruscamente casi 5% tras el anuncio chino pero a lo largo de la jornada recuperó algo de terreno y limitó la baja a 2,19%
Ya en febrero, Pekín dio una señal inquietante a los agricultores cuando decidió abrir una investigación sobre las importación de sorgo de Estados Unidos que el año pasado tuvo un monto de mil millones de dólares.
Esa decisión es «fuertemente política» dado que el cereal es producido fundamentalmente en Texas, Oklahoma y Kansas; estados que cimentaron la victoria de Donald Trump en las presidenciales de 2016, dijo Bill Nelson del gabinete Doane Advisory Services.
Varios operadores del mercado apuestan ahora a que se alcance un solución al problema antes de que se apliquen los aranceles.
«Queda tiempo para limitar los daños y que la administración pueda apoyar a los agricultores eliminando las tasas que generaron esas represalias» de China dijo Heisdorffer quien instó a Trump a tener una actittud «constructiva» y no «punitiva»
Puercos y pollos
Si China pone en práctica las medidas «modificará la estrcutura de los intercambios comerciales», estimó Bill Nelson.
Pekín posiblomemente aumente sus compras de soja a competidores de Estados Unidos como Brasil y Argentina, pero también los productores estadounidenses, a su vez, recuperarían otros clientes.
«Puedo asegurar a los agricultores que se continuará invirtiendo para encontrar nuevos destinos», dijo Lewis Bainbridge, productor sojero y presidente de United Soybean Board; una organización que promueve la oleaginosa estadounidense.
Los agricultores ya tenían planeado plantar menos soja que el año pasado, según un informe oficial.
Aunque muchos ya compraron sus semillas «son posibles algunos ajustes suplementarios», dijo Chad Hart, economista de la universidad del estado de Iowa.
«A menos que China quiera reducir considerablemente su producción de carne, precisa alimentar a los animales y para los pollos y puercos no tiene muchas más opciones que la soja», subrayó Nelson.
Pekín podría también incentivar el cultivo de soja «pero ese tipo de medida tiene un efecto marignal», agregó.
Al mismo tiempo «ningún otro país puede aumentar suficientemente su producción para compensar la soja estadounidense», sostuvo Chad Hart.
De todas formas, China debera seguir abasteciéndose en Estados Unidos. «La soja le resultará más cara lo que finalmente elevará el precio final para los consumidores», estimó.