Londres / AFP
Benoît Pelegrin
Las tensiones entre Irán y Estados Unidos podrían poner en peligro el suministro del petróleo que circula por el estrecho de Ormuz y disminuir además la producción en Irak, apuntan los analistas.
Tras la muerte en Irak el pasado viernes del general iraní Qasem Soleimani, asesinado el el ataque de un dron estadounidense, los precios del petróleo se dispararon aunque luego se estabilizaron porque el suministro en Oriente Medio no ha vito afectado por el momento.
Los precios de referencia, del barril Brent en Londres y el WTI en Nueva York, dieron grandes vaivenes durante la jornada del miércoles. Después de que Irán lanzara un ataque de represalia con misiles contra bases en Irak donde hay tropas estadounidenses y británicas, los precios se dispararon.
Horas más tarde, el presidente estadounidense, Donald Trump, rebajó la tensión de los mercados al afirmar que «Irán parece estar reculando, lo cual es algo bueno para todas las partes interesadas y algo muy bueno para el mundo».
«No se perdieron vidas estadounidenses o iraquíes», añadió el mandatario, que sin embargo anunció sanciones adicionales contra Irán.
A las las 17H00 GMT, el barril de crudo estadounidense WTI para entrega en febrero perdía 4,27%, a 60,02 dólares, y el barril de Brent del mar del Norte para entrega en marzo valía 65,69 dólares en Londres.
Los inversores temen sin embargo que Teherán intente bloquear el estrecho de Ormuz, un punto de paso clave por donde circulan los petroleros.
Este estrecho, uno de los más congestionados del mundo, es crucial porque permite llevar el petróleo de la región a mercados en Asia, Europa y América del Norte.
«Las interrupciones del suministro están ahora en lo alto de la agenda agenda de los inversores», dijo Mihir Kapadia, presidente de Sun Global Investments.
En 2018 transitaron por ahí unos 21 millones de barriles al día.
El estrecho ya se vio afectado el año pasado por una serie de ataques contra petroleros que Estados Unidos y y sus aliados atribuyen a Irán, que lo niega.
Los países occidentales también acusan a Irán de ser responsable de un ataque contra instalaciones petroleras en Arabia Saudita. En los últimos meses, Irán inmovilizó varios petroleros que circulaban por el Golfo.
Los inversores no están tan preocupados por la caída de la producción en Irán, bajo sanciones de Estados Unidos que la administración de Donald Trump volvió a imponer en 2018.
Sí lo están en cambio por Irak, según Christopher Haines, un analista de Energy Aspects, en particular si finalmente las tropas estadounidenses abandonan ese país.
«Hay un riesgo potencial de interrupción [del suministro] en Irak, donde las exportaciones representan unos 3,5 millones de barriles al día», dijo Haines a la AFP.
«Si las tropas estadounidenses se van la zona será menos segura», añadió.
Irak es el segundo país más importante de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que lidera de facto Arabia Saudita.
Según el analista Bjarne Schieldrop, de la consultora SEB, la producción iraquí podría verse afectada en el futuro por la crisis.
El viernes, tanto el barril de Brent, el petróleo de referencia en Europa, como el WTI, su equivalente en Estados Unidos, ganaron más de un 3%.
Se trata sin embargo de un nivel inferior al del 16 de septiembre, cuando ambos se dispararon un 14% tras el ataque de infraestructuras petroleras en Arabia Saudita.