La ANEP, a través de la autodenominada Iniciativa Ciudadana para las Pensiones, ha presentado a la Asamblea Legislativa, una propuesta de reforma al sistema de pensiones privatizado, que en nada resuelve el problema actual, ni garantiza que resolverá los de futuro.
Como alguien lo ha expresado ya, se trata de una nueva “trampa caza bobos”, pues, eso sí, la ANEP se ha preocupado de generarle a la propuesta un atractivo envoltorio para “venderlo” fácilmente, como lo hicieron, en compadrazgo con el Gobierno de Armando Calderón Sol, con el gancho de la “cuenta individual”, para imponer el sistema de pensiones privatizados.
En aquella ocasión la campaña también fue muy sugestiva y atractiva, como la de hoy. Le hicieron creer a los incautos contribuyentes que las pensiones iban a ser superiores a las que entregaba el Gobierno, pues, con la cuenta individual, más la rentabilidad, le garantizaba una pensión “digna”.
En la campaña publicitaria nunca le dijeron al trabajador que al ahorro individual se le agotaría en términos de cuatro o cinco años, por lo que la pensión no sería vitalicia, sino temporal, y que luego tendría que pasar al sistema público, para que fuera el Gobierno el encargado de asegurarle la pensión vitalicia.
Es hasta hoy, cuando tratan de “engatuzar” nuevamente a políticos de la derecha y a los contribuyentes, que aceptan que el actual sistema no garantiza la pensión vitalicia, cuando anuncian que subirán la tasa de cotización para crear una “Reserva de Pensión Vitalicia”.
La publicidad engañosa tampoco explica que la pensión vitalicia será menor a la que reciban mientras les duren los ahorros de la cuenta individual, tampoco explican como garantizarán los fondos suficientes para la Reserva.
Para hacer atractiva la oferta de la ANEP, recurren a las técnicas de la publicidad, en tanto hacer atractivo y sugestivo el mensaje, a través de “ganchos” con lo que le impiden al contribuyente analizar o profundizar en el tema.
El principal gancho que utiliza la campaña pro reformas es que el cotizante podrá hacer uso hasta del 25% de sus ahorros, pero no le explican que si llega el momento de jubilarse, para tener derecho a este beneficio tiene que haber cancelado la totalidad de la deuda y los intereses respectivos, por lo que, automáticamente le aumentó el tiempo para la jubilación, y para ocultarle este dato, le dicen que la reforma no incluye la edad de jubilación, es decir, 55 años las mujeres y 60 los hombres.
Tampoco le dicen que las reformas no resuelven el actual problema financiero al Gobierno, generado por el tema previsional. Y es que, al privatizarse las pensiones, le dejaron al Gobierno no solo la responsabilidad de entregar las pensiones a 97 jubilados, sino, que le quitaron el mecanismo de cotización, a cambio de un endeudamiento con las mismas AFPs, cuya deuda crece geométricamente, de tal forma que en la medida que pasan los años se hace inviable el pago.
Cada año, el Gobierno presta a las AFPs cerca de $500 millones para pagar pensiones. Este es el verdadero problema financiero del Gobierno, que debería resolverse por una reforma que le permita recibir aportes o cuotas para no recurrir a la deuda previsional. Ojalá y los diputados de derecha no se dejen embaucar como ocurrió cuando privatizaron las pensiones con una nueva “trampa caza bobos”.