Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
Este 29 de marzo se conmemora un año más de la sentencia de la Corte IDH, en el caso de las hermanas Erlinda (7 años) y Ernestina (3 años) Serrano Cruz, desaparecidas el 2 de junio de 1982, durante la “Operación Limpieza” ejecutada por el batallón Atlacatl, contra la población civil, generando la “Guinda de Mayo”.
Y en cumplimiento de esa sentencia la Asamblea Legislativa, por decreto (197), del 5 de enero de 2007, declaró cada 29 de marzo como la conmemoración de el “Día Nacional de la Niñez Desaparecida de El Salvador”.
Ana Julia Escalante, la nueva directora ejecutiva de Asociación Pro Búsqueda, organización nacida en 1992, luego de la firma de los Acuerdos de Paz, ha retomado el mensaje de las familias víctimas que buscan incansables a sus hijos e hijas desaparecidos forzosamente durante el conflicto armado en la década de los años ochenta y las expectativas en el nuevo contexto gubernamental.
“En una reunión, una familiar dijo -yo no he reencontrado y no he localizado a mi sobrina y aquí sigo buscando. Y otro familiar que participaba le respondió -yo, ya reencontré, pero sigo aquí acompañándola. Estas personas son víctimas fuertes y empoderadas”, reconoció en una entrevista exclusiva a Diario Co Latino.
¿Cuáles son las perspectivas de Pro Búsqueda, en el nuevo contexto actual?
Como ProBúsqueda valoramos el derecho internacional como las medidas de no repetición de esos eventos de violencia. Que es un derecho que no solo es para las víctimas, también para las sociedades de no vivir esos mismos hechos que dañaron a las familias.
Y continuamos trabajando pese a este contexto tan difícil que estamos viviendo, en donde las familias se ven afectados por el régimen (de excepción) . Hay familias que están volviendo a revivir los terrores de la guerra.
Un ambiente que para las personas que vivieron la persecución política, se encuentran experimentando un ambiente similar en el cual, el temor llega a sus familiares.
– ¿Cuál es propiamente el significado del 29 marzo para Pro Búsqueda?
Es un día significativo -en el cual- no solo conmemoramos aquellos niños y niñas aún desaparecidos, y aquellas personas que han sido reencontradas, sino que es importante identificar y reconocer que estas personas sufren aún los efectos de la desaparición forzada.
La conmemoración no es solo para recordar también es para señalar aquellas cosas que no se han logrado, aquellos derechos que no han sido resarcidos. Y en ese sentido este 29 de marzo nos permite como Probúsqueda que son las familiares que la integran exigir justicia.
Pro Búsqueda es una organización de familias que han sido víctimas de desaparición forzada y eso significa madres, padres, tíos -nietos inclusive- que son personas actualmente adultos, pero que sufrieron directamente la desaparición forzada y la separación de la familia en el contexto del conflicto armado.
– ¿Cuál ha sido el trabajo de Pro Búsqueda en el antes y después de las atrocidades de la guerra civil?
Esto ha sido complicado porque el daño está hecho a estas familias que sufrieron la desaparición forzada directamente y el daño es una realidad que vivieron y se agranda porque la negativa de justicia se mantiene.
Las personas reencontradas y que se han identificado como personas que sufrieron la desaparición forzada -directamente- no han recuperado su nombres, no han recuperado la familia de donde fueron arrebatados.
Algo tan importante como el apego que tiene una niña o un niño con su familia, en su desarrollo desde la niñez y su entorno familiar, eso ya no lo recuperaran. No obstante, algunos se han desarrollado en algunos contextos mejores y otros peores, pero esa pérdida familiar existe y no se va recuperar.
– ¿Cómo incide el Conexiones cercenadas y como se expresa esta carencia de afecto familiar
Muchas personas lo dicen -son afectados directos- quienes mencionan la situación de su verdadero nombre y apellidos. Cualquiera puede cuestionar ¿Qué significa todo esto?, lo hemos explicado un centenar de veces, es identificación con su origen, recuperar los nombres y apellidos de la familia en la cual nació.
No digo que todos, pero muchos tienen la intención de recuperar su nombre y apellido, pero lastimosamente ningún gobierno en turno o el Estado en sí, ha generado las herramientas y procesos para que estas personas recuperen su identidad.
Y mucho menos espacios en donde puedan superar los efectos que le dejó su desaparición forzada. Y si hablamos de las mujeres algunas de ellas sufrieron violencia sexual en los hogares que crecieron -si se puede llamar hogar a eso- o sufrieron maltrato físico y psicológico en esos hogares y ese daño esta allí, ese desarraigo de la niñez desaparecida forzosamente?
– ¿Cómo asumió ProBúsqueda, además de investigar paraderos de la niñez desaparecidas estos otros traumas?
Pro Búsqueda ha hecho seguimiento de asistencia psicosocial, pero muchas veces, nos hemos encontrado con personas reeencontradas que aún no han recibido ninguna atención en el tema de reparación.
La asistencia psicológica que ha brindado Pro Búsqueda, ha sido una prioridad dentro de nuestras limitaciones, pero lamentamos que el Estado no haya dado aún medidas reales en este tipo de reparación y del resarcimiento del daño.
Atendiendo cosas muy importantes para estas personas como recuperar su identidad con el verdadero nombre y apellido; implementar los procesos terapéuticos, para recuperarse de las afectaciones. Y un punto primordial para ProBúsqueda, con esa niñez desaparecida -claro no son todos- pero se debe atender también la evidente carencia del apego familiar .
– ¿Cómo afecta a la persona la falta de apego familiar?
Hay muchas personas -que lastimosamente- no se desarrollaron en ambientes en donde la familia que los adoptó les diera cuidados, cariño y amor, claro no fue con todos, pero esas personas carecen de esas capacidades que desarrollamos siendo niños en nuestras familias.
Los roles, el modelamiento que te da la familia no se desarrolla naturalmente en nuestro proceso de formación en la niñez. Y cuando se viene la edad adulta las capacidades sociales y capacidades de relacionarse muchas de estas personas que fueron desaparecidas nos han confesado que les cuesta establecer una relación con alguien o sentirse a gusto en un ambiente normalmente.
– ¿Sería una carencia más del Estado en los procesos de resarcimiento?
Hay un efecto transgenaracional -que los alemanes- lo han investigado mucho, y es como consciente o inconscientemente nosotros trasladamos a nuestros hijos e hijas aquellas situaciones de las cuales carezco, aquellas situaciones de las cuales estoy afectado u afectada.
Y, aclaro, no estoy diciendo que estas personas que fueron desaparecidas forzosamente son disfuncionales. Para nada, son personas muy fuertes, que al tener un apoyo y esa red que los ha venido acompañando se han fortalecido, aunque no todos han contado con esa facilidad.
– ¿Qué le ha faltado al Estado salvadoreño para atender a estas víctimas?
Le ha faltado visón sobre esta situación y más cuando hay medidas que cumplir y saben que estas personas tienen el derecho de ser reparados de este daño.
Es lamentable, pero las víctimas siguen siendo estigmatizadas, sin importar que han habido procesos de reconocimiento del daño, pero hay una ausencia de reparación como tal, cuando estas personas al superar o recuperar estos temas podrían desarrollar sus proyectos de vida que fueron truncados por la desaparición, pero, penosamente no se ha dado.
Después de los Acuerdos de Paz (1992), que se fundó Pro Búsqueda, y en el 1994 ,que se lograron los primeros reencuentros, porque fueron las familias las que comienzan a generar esa búsqueda, y si el Estado en esa época hubiese dado las medidas adecuadas y conformes a las necesidades de las víctimas, si hubiese existido ese acompañamiento de atención salud, psicológica, reivindicación y reunificación familiar, creo que ni siquiera las familias tendrían que haber realizado el trabajo de búsqueda que están realizando actualmente.
– ¿Cuál ha sido un avance para Pro Búsqueda, en esta materia?
Darle sentido a la búsqueda, porque cuando hablamos de reparación o dignificación para las víctimas se piensan en muchas formas, es cierto, hay muchos métodos, pero nosotros tenemos claro que las familias de alguna forma también logran sanar en alguna medida sus heridas con su reivindicación.
Es algo así ¿Por qué investigamo?, porque queremos conocer la verdad y queremos conocer dónde están nuestros hijos e hijas, ese proceso de búsqueda les sirve para reconstruirse a sí mismos. A partir del colectivo, porque, ya no buscan solas, lo hacen colectivamente y desarrollan capacidades de grupo, y mientras recuperan esa memoria compartida les da fortaleza de continuar, y en nuestros procesos eso hemos hecho.
Recuerdo a un señor que dijo: “yo necesitaba esto, es la primera vez que cuento lo que viví, porque me lo había guardado”, entonces, hemos logrado que estos sobrevivientes le den un sentido a la memoria y su reconstrucción.
– ¿Cuál es la situación en cuanto a las normas jurídicas de reparación y reconciliación?
Hay un estancamiento. Este pasado febrero se cumplió un año desde que la comisión legislativa de Justicia y Derechos Humano de la Asamblea Legislativa convocó a diferentes organizaciones, entre ellas Pro Búsqueda, reunión en la cual las víctimas tuvieron un espacio para dialogar con los diputados sobre sus necesidades, y bien recuerdo que hubo compromisos de parte de ellos, lo que consideramos importantes, pero no ha pasado nada.
Una de las persona reencontradas les expuso la necesidad que tienen muchos al derecho a la identidad, de recuperar su nombre real. Y hubo una respuesta favorable de los legisladores, y afirmaron que se podía hacer, pero fue solo eso, una promesa. Y los reencontrados -nos siguen preguntando- ¿Qué pasó con ese compromiso? ¿Cuándo va a suceder?, pese a que hemos buscado por medios jurídicos esa respuesta, pero no hay nada.
Llevamos años presentado nuestros argumentos a instancias del Estado, sobre la necesidad y el derecho de estas personas que necesitan su nombre y nos dicen – se puede hacer- pero no el cómo o cuándo será el proceso para estas personas. Porque estas víctimas fueron dañadas y sufren afectaciones, o sea, necesitan una respuesta.
– ¿Cree que el Estado marcaría prueba de resarcimiento con el proceso de devolver la identidad?
Claro, cuando ellas y recuperen su nombre será parte de su recuperación luego de lo que vivieron al llevar su verdadero nombre y apellido. Además, estamos hablando de todo un colectivo afectado por desapariciones, de personas capturadas arbitrariamente y que fueron torturadas y que hoy sufren las secuelas de esas capturas.
En este caso si hay medidas que se pueden dar para algunos, y en este sentido el derecho a recuperar su nombre -si así lo quieren hacer- será una medida de reparación, y es fácil de realizarla y sería positivo.
Y no nos equivoquemos, un grupo de familiares nos dijeron que no quieren venganza, si no justicia y conocer la verdad. Entonces, esas son nuestras perspectivas para este año, y nuestro trabajo será buscar esos mecanismos que los lleven a sus anhelos y lo haremos sin perder el rumbo de exigir la verdad.
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