@GloriaCoLatino
Rodolfo Bejarano Bernal, medical economista y especialista en temas fiscales, trabaja para la “Red de Justicia Fiscal para América Latina y el Caribe”, una entidad con sede en Perú, quien, invitado por CEICOM, conversó con Diario Latino, sobre la elusión y evasión fiscal en Latinoamérica.
Bejarano explicó que cada año los Estados latinoamericanos pierden miles de millones de dólares por impuestos que no pueden recaudar o fortunas que salen de sus fronteras a paraísos fiscales.
-¿Cómo podemos contextualizar esta información?
En el marco de nuestra campaña “Que las Transnacionales paguen lo Justo” estamos realizando una serie de actividades, y en esta ocasión en 4 países de América Central, este es el segundo país que estamos visitando y estamos realizando una serie de actividades para reflexionar y dialogar con organizaciones, y medios de comunicación sobre la preocupación que tenemos en cuanto, a la fuga de recursos por medio de actividades económicas que no pagan los impuestos que deberían pagar a través de los mecanismos de elusión y evasión
tributaria.
– ¿Qué empresas se involucran en esto?
Sobre todo las grandes empresas que están relacionadas con nuestros países como el sector extractivos –pero no solo estas- esto hace que nuestros países no tengan los suficientes recursos y los Estados no cuenten con el dinero para ser destinado en solventar las necesidades de las poblaciones y para que existan servicios públicos de calidad y que el ser humano pueda solventar también, sus necesidades.
– ¿Qué se descubrió con los Papeles de Panamá?
Los papeles de Panamá ponen en relieve la importancia de tocar estos temas, que esto sea mucho más visible y sensibilizar a la gente que este tipo de prácticas, de crear estas empresas “Off Shore” (país distinto de los lugares de residencia, ciudadanía o domicilio) de ocultar información, de ocultar dinero en cuentas o con otras nombres de empresas, que facilita este tipo de fuga de dinero.
En lugar de quedarse en nuestros países y pagar los impuestos, que deberían de pagar y se van a otros lugares como los paraísos fiscales donde les permiten no pagar impuestos o también, ocultar dinero que puede ser producto de actividades lícitas o ilícitas, esconden dinero que deberían tener nuestros países, nuestros Estados y eso, en términos de cantidad de dinero, son montos importantes.
– ¿Cómo se obtiene este tipo de información?
Estos informes son tomados de Global Financial Integrity, ellos calculan el monto de estos flujos financieros ilícitos que salen de nuestros países y solo de América Latina salen 140 mil millones de dólares al año. Es un monto importante que para cualquiera de nuestros Estados representa una pérdida grande.
– ¿En los Papeles de Panamá hay más evasión o elusión?
Las dos cosas. La evasión tiene que ver con violar las normas y reglas que constituyen el fraude fiscal en sí, pero también hay prácticas de elusión -en sí- que están dentro del marco de la ley pero, son comportamientos fuera de la moral; porque en lugar de contribuir como lo hace todo el mundo al pagar sus impuestos, al comprar cualquier bien o servicio o declarar nuestra Renta anual pagamos impuestos y estas personas o empresas se saltan estas normas, aprovechando los vacíos legales para no pagar el dinero que por obligación tributaria y fiscal deberían pagar.
– ¿Este engaño corporativo es más fuerte en Centroamérica o América Latina?
Es un fenómeno que pasa en todo el mundo, pero en nuestros países en desarrollo este dinero es más necesario, porque a diferencia de los países desarrollados tenemos mucho más desempleo, mucha más desigualdad y nuestras administradoras tributarias y autoridades que tendrían que fiscalizar y controlar este tipo de operaciones no están en la capacidad suficiente de hacerlo y, por lo tanto, el problema se vuelve mucho más grave.
Y sobre todo para países como Centroamérica que tienen mucha
mayor relación esta cantidad de dinero con su Producto Interno Bruto (PIB) que lo vuelve más importante en términos del tamaño de la economía de país.
– ¿Qué propuestas hace, que se pueden aplicar a esta realidad?
Primero, es mejorar la transparencia de estas empresas transnacionales que están en varios países o territorios, que tendrían que dar información sobre cada actividad que realizan, cuánto ingreso reciben y cuánto pagan de impuestos en cada lugar que están, para que se sepa si efectivamente están pagando lo que tienen que pagar.
-¿Estas empresas pueden ser fiscalizadas?
Las empresas privadas que tienen la facilidad de ubicarse en distintas jurisdicciones, sobre todo, en paraísos fiscales, es común que tengan otras empresas.
Sé que pueden estar en El Salvador y tendrán una subsidiaria en Panamá, en las Islas Caimán y a través de estas triangulaciones realizan actividades y operaciones comerciales entre sí, e inflando costos o reduciendo ingresos para pagar impuestos que es muy común, utilizando los mecanismos de manipulación de precios de transferencia y otra serie de procesos, es por esto, que se debe contar con mayor transparencia por este tipo de operaciones.
Debe existir mayor control de parte de la Autoridad Tributaria que a través, de normas que pueden emitir nacionalmente y tienen que haber una suerte de límites, que permitan que estas operaciones en esa magnitud que se están dando ahora, sean fiscalizadas.
Y finalmente a nivel global se debe evaluar cómo está armado el “modelo financiero y tributario” y que un ente dentro de Naciones Unidas (ONU) se encargue de definir las reglas a nivel global, en donde todos los países puedan participar en este espacio; que a diferencia de la actualidad todas estas reglas solo agrupa a muy pocos países. Y un ente como el de la ONU debería de encargarse de evitar que ocurrieran estas cosas.
– ¿Cómo evitar argumentos que la fiscalización ahuyenta la inversión nacional o internacional?
Yo creo, que en lugar de asustar a los inversionistas o accionistas, estas medidas de transparencia serían preferidas por las empresas para evitar que haya después problemas tanto con las autoridades territoriales, como con las poblaciones.
Hay muchas empresas de sectores extractivos que al afectar al territorio tanto ambientalmente, como socialmente, digamos, ya están creando una mala imagen con los inversionistas y para ir mejorando las prácticas, reduciendo los impactos y transparentando el pago responsable de sus impuestos, esto va a resultar para tener una mejor imagen.