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Latinoamérica  vive una avanzada desestabilizadora para neutralizar el pensamiento de izquierdista

Lucía Berbeo/Foto Manuel Cabezas*

América Latina está viviendo grandes virajes, buy viagra   ataques, troche momentos desafiantes sobre todo en países donde impera el pensamiento de la izquierda, sin embargo  este panorama no significa que esa corriente esté en proceso de desaparición. Así lo analizó, el escritor y sociólogo venezolano, Ramón Castillo Rodríguez.

Expresó el también vocero del Consejo Patriótico Cristiano, que “los cambios orientados a una sociedad más humana, igualitaria, soberana y libre de yugos oligárquicos e imperiales no están  a la vuelta de la esquina. La reacción de la derecha internacional, que es real e implacable, no se ha hecho esperar”.

En el marco de la entrevista reconoció que “vivimos una avanzada desestabilizadora fácilmente identificable en países como Brasil, donde se busca el desprestigio de liderazgos como los del ex mandatario Lula, y la caída de la presidenta Dilma Rousseff. Con otros matices, pero con el mismo objetivo, se observa una brutal arremetida desestabilizadora contra el gobierno del presidente Correa en Ecuador, de Evo Morales en Bolivia, de Daniel Ortega de Nicaragua, y del dignatario Maduro en Venezuela. Sin duda, las fuerzas reaccionarias están envalentonadas con el pírrico triunfo de Macri en Argentina y la conquista de una importante  mayoría en la Asamblea Nacional de nuestro país”.

Al ser consultado sobre sí Venezuela está viviendo una “crisis institucional” como lo han expresado adversarios al gobierno de Maduro, manifestó el Obispo Emérito de la Unión Evangélica Pentecostal Venezolana, que es innegable que hay una crisis a todo nivel, “si por crisis entendemos las tensiones que se viven a raíz de la guerra económica, política y comunicacional, que los factores de la derecha se han planteado contra el Gobierno Nacional”.

Asimismo, “esta crisis permea instituciones como la Asamblea Nacional, cuya mayoría opositora  ha llegado al punto de declararse en desacato ante el Tribunal Supremo de Justicia, aunque luego diera marcha atrás ante la posibilidad de que fuese desconocida por el Alto Tribunal.  La aprobación  por parte del Poder Legislativo de la mal llamada Ley de Amnistía, que podría dejar impune graves delitos públicos y comunicacionales cometidos por  los opositores, forma parte de esa dificultad”.

En referencia a las relaciones entre Washington y Caracas,  Castillo Rodríguez puntualizó que desde el triunfo electoral del comandante Hugo Chávez en 1998, la Revolución Bolivariana hace un gran esfuerzo para reconstruir las relaciones internacionales, dirigidas a la integración latinoamericana y caribeña.

Al mismo tiempo, ha establecido estrategias dirigidas a regularizar las relaciones diplomáticas con el gobierno de los Estados Unidos, en el marco del respeto mutuo, incluso, con acciones de cooperación solidaria con movimientos sociales de ese país.

“A cambio hemos recibido declaraciones agresivas, injerencistas e irrespetuosas a nuestra soberanía  por parte de Washington, que han desembocado en el infame decreto del presidente Obama, ya conocido. Sin embargo, nuestra  acertada política exterior de Venezuela  ha cosechado sus frutos, como lo demuestra el rechazo unánime al decreto de Obama, por parte de los gobiernos de los países latinoamericanos y caribeños”, dijo el magister en historia.

Ante la de división, escasez, inflación e inseguridad que está imperando en esa nación sudamericana, apuntó que hay que reconocer que la derecha representada en las oligarquías criollas y sus operadores políticos, animados por los centros imperiales, “han encontrado, como el Chile de Allende, un mecanismo para hacer chillar nuestra economía y jugar a la desesperanza popular”.

Además comentó, que “la recuperación de la confianza de las mayorías populares en las propuestas revolucionarias bolivarianas pasan por derrotar la guerra económica, pero no con discursos, sino con hechos. El pueblo quiere hechos tangibles para recuperar la esperanza. Las movilizaciones populares ejercen un papel fundamental en la recuperación de la esperanza popular, pero el liderazgo revolucionario no debe confundir movilización popular con el reclutamiento del clientelismo político”.

Finalmente, “tenemos que entender que, paralela a esa movilización popular  hay que tomar medidas efectivas y contundentes para acabar con las colas y devolverle al pueblo su derecho a la alimentación, que le ha sido arrebatado por la derecha apátrida. No tengo dudas que si esto hacemos, venceremos”.

*La autora es periodista venezolana, analista política y colaboradora para este medio de información.-

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