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«Tuvimos una conversación buena y constructiva. Revisamos varias situaciones regionales que están en la agenda actual, las relaciones internacionales en general, y discutimos temas relacionados con la estabilidad estratégica», dijo el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, a los periodistas después de las conversaciones con el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, que tuvieron lugar el lunes en un foro internacional en Rovaniemi (Finlandia).
La situación en Venezuela ha sido el tema principal de las conversaciones entre Lavrov y Pompeo. «Entre mis contactos con colegas estadounidenses, europeos y latinoamericanos no veo a partidarios de una solución militar imprudente», dijo Lavrov, quien expresó la esperanza de que esta comprensión «se convierta en una política práctica, y que no haya una solución militar, porque esta sería catastrófica».
En cuanto a la posibilidad de una intervención militar en Venezuela, el ministro ruso recordó que Moscú se opone categóricamente a cualquier acción militar en cualquier lugar que infrinja el derecho internacional.
«El uso de la fuerza solo puede ser autorizado por el Consejo de Seguridad de la ONU, o puede aplicarse en respuesta a una agresión contra un Estado soberano. Nada de eso, ninguna de esas opciones, se observa en Venezuela», precisó Lavrov.
Un día antes, el canciller ruso se reunió en Moscú con su homólogo venezolano, Jorge Arreaza. Durante ese encuentro Lavrov enfatizó que Moscú «insta a los estadounidenses y a todos aquellos que los apoyan a abandonar sus planes irresponsables y a actuar exclusivamente en el marco del derecho internacional».
Durante la rueda de prensa posterior a la reunión, el ministro ruso denunció la existencia de una «campaña irresponsable» contra Venezuela con el fin de derrocar el Gobierno legítimo del país, subrayando al mismo tiempo la solidaridad de Rusia con el país suramericano.
El profesor de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, Alfredo Jalife-Rahme, dice que la realidad es que el cambio de poder que ha estado intentando realizar Washington en Venezuela «les ha fallado» y que «Rusia ha marcado nítidamente las línea rojas» para evitar la repetición de los escenarios utilizados anteriormente por Estados Unidos en otros países.
El pasado miércoles, Lavrov y Pompeo mantuvieron una conversación telefónica en la que el ministro ruso le advirtió de «las graves consecuencias» que traería consigo la continuidad de «los pasos agresivos» del Gobierno norteamericano hacia Venezuela. En medio de la creciente tensión, agravada por el intento de un golpe de Estado dirigido por la oposición «con el claro apoyo de Estados Unidos», el canciller ruso recordó que la interferencia en los asuntos internos de un Estado soberano «viola el derecho internacional».