Alma Vilches
@AlmaCoLatino
Durante la misa celebrada en la Cripta de Catedral Metropolitana, el sacerdote Miguel Morán enfatizó que es necesario transmitir de generación en generación el legado de Monseñor Romero, quien fue un proclamador de la verdad frente a las diferentes formas de ocultamiento e injusticia.
“Aquí estamos no solo adultos mayores de 50 años, sino también jóvenes y niños, así vamos transmitiendo ese legado de Monseñor Romero, de generación en generación, expresamos de diferentes maneras lo que significa el obispo mártir para nosotros. El legado de Monseñor Romero siembra en nosotros esa triple misión, teológica, sacerdotal y profética”, reiteró el religioso. Calificó de positivo la devoción de mantener la participación en el lugar donde reposan los restos de San Romero, ya que muchos feligreses llegan al lugar a pedir siempre su intercesión; pese a situaciones que impactan profundamente en el aspecto familiar, social y mundial, este espacio llena el corazón de fe y esperanza.
Monseñor Romero habló de problemas estructurales muy concretos, con espíritu profético criticó clara y valientemente la prostitución de la justicia, el atropello a la dignidad humana, la impunidad de tantos horrorosos crímenes, el silencio cómplice ante muchas violaciones de la Constitución para fomentar intereses de partido. Así como las maniobras con la que muchos empresarios eludían los derechos laborales, la sustracción o malversación de los fondos públicos y la compraventa infame de la dignidad humana, sin embargo, es necesario mantener el legado del obispo mártir, para refundar la sociedad y humanizar el mundo.
Para la feligresía, Monseñor Romero es un testimonio de seguimiento, pues fue un hombre fiel a Jesús y su iglesia, comprometido con todos, pero en especial con el más humilde y desprotegido, no tuvo miedo de denunciar poniendo en riesgo su propia vida.
El reto es conocer a Monseñor Romero, su pensamiento, homilías y sus acciones, para así, pensar, actuar y hablar como él, ya que los mártires permanecen vivos en la medida en que el pueblo no los deja morir.
En la eucaristía al momento de la procesión de ofrendas, se presentó un rosario, ya que Monseñor Romero en el mes de la Virgen del Rosario pidió que en los hogares volviera la costumbre de rezar en familia, no como una rutina, sino como un precioso resumen del evangelio y acercamiento a Dios.