Lenin en El Salvador

 

Caralvá

Intimissimun

Cómo pensábamos al participar en los gremios estudiantiles de la Universidad de El Salvador (1973… ).

Estudiantes universitarios, católicos, demócratas, diversas clases sociales, idealistas etc.

(Fragmento de La primavera salvadoreña recuerda España )

“Aquello era sincero, era la utopía encarnada en nuestros huesos, eran nuestras canciones, la poesía, el evangelio, los nuevos apóstoles con sus voces inclaudicables, listos a morir, en realidad creábamos una nueva Patria, sin ocultar que era nuestro orgullo pertenecer a esas organizaciones universitarias. Hablábamos de Lenin sin conocerle, sin haber leído a Marx… sin nociones de la historia, simplemente era sentirnos parte integrada a la sociedad que pensamos. No mentíamos.

Existen cientos de historias asociadas a estos pequeños esbozos, cientos de repartos de volantes, pegas de propaganda, pintas en los muros más hostiles, caminatas a los llanos más rudimentarios del mundo, insolaciones entre campesinos, asambleas estudiantiles y una interminable cadena de acciones que bajo el nombre de políticas, conducían a nutrir lo que soñábamos como nueva sociedad. Trabajar por el cambio social era eso hasta el cansancio, hasta poner en peligro toda la actividad académica, la carrera profesional misma”…

Lectura de Lenin (libros censurados y clandestinos)

“A veces en el local de AGEUS, leo El Estado y la Revolución de Lenin, es uno de mis primeros libros, es un libro difícil –pienso– si así es la práctica esto será durísimo. En casa tenemos una pequeña librera de madera, donde mi padre guarda algunos textos clásicos, cuidadosamente disfrazados, (por los cateos de las fuerzas de seguridad); en mis momento de silencio, me despierta una lucha interna, aún soy profundamente religioso, soy cristiano católico –confiesa Emilio– pero mis manifestaciones cotidianos están más cerca de alguna tendencia esotérica, como la Teosofía, el Budismo o la Gnosis; sin que en mi concepción me afecte en la decisión de estar en la Revolución . Una tarde me encontré un extraño poema de David Escobar Galindo:

¡Amigos míos, hombres de la cruz y el venablo,

Jamás he estado en una cárcel,

Pero conozco el aire, la inclemencia

Que se respira entre paredes ciegas ó

Jamás he sido

Marcado por un hierro,

Ni uncido a una calumnia,

Ni despojado de la crujiente luz

De mis mayores,

Ni rendido a la evidencia

De lo primario,

Pero también yo sé –como vosotros-

Que las palabras duelen,

Y que de súbito la sombra

Nos desgarra el aliento

Para que nadie pueda cantar su fe en la llama!.

Emilio también jugaba Ajedrez como lo hicieron Walter Benjamín y Bertolt Brecht en los años treinta, de habernos permitido leer un poco, habríamos ahorrado tanto tiempo, pero es Ley cruzar el camino descalzo y sin brújula, para pagar con los años tanta alegría.

Y leía todo con sed: Las manos en el fuego…“yo soy el hombre, el yo que somos todos”, como escribió David Escobar Galindo… y luego regresaba a mis textos clandestinos. Esa lectura cargada de dificultades de Lenin, marca además la importancia de la lucha por la democracia, por cierto que las líneas deben releerse para no perder la continuidad en el propósito, esas lecturas eran una ruptura, uno muere humanista y sentimental, pero conserva algunos elementos religiosos que curiosamente son también políticos: la lucha incondicional por la causa de los pobres, el morir es una manifestación rebelde, donar el cuerpo a la Revolución, sin llevar absolutamente nada, diferente del Discurso Muerte-Religión, por nuestro Discurso Vida-Revolución.

El proletariado es el producto universal del sistema capitalista –piensa Marta-, mientras los afiches de Lenin vigilan la estancia, ahí están junto a otros luchadores sociales como Luis Carbolan; este aún permanece en la prisión del dictador Pinochet; la entrada de Enrique interrumpió sus pensamientos:

-Hey Marta ¿vas a estar más tiempo aquí? –preguntó con ansiedad-

-Sí –respondió Marta con su carácter sencillo-

-Mira, vendrán unos compañeros del UDN, a pedir propaganda por lo de las actividades de la campaña, este año 1977será nuestro.

-Si, ya sabes me quedo un poco más tarde.

-Urge la propa replicó Enrique, la tenemos que llevar a Mejicanos y aquí será el enlace; mientras se le ilumina la cara de contento, él usualmente tiene una participación en los mítines, sabe cómo llegarle a las masas, su forma de concepción democrática le hace comprender los senderos de la lucha pacífica, niega que este momento es la “guerra” y el UDN es una forma de crear base al no existir un frente de masas, -Enrique continuó con su forma pausada de hablar – iremos al mitin para manifestar nuestros repudio a la dictadura militar: Debemos aislarla para quitarle base social.

Marta es muy ágil, el lenguaje político no la impresiona, a fuerza de escuchar a los compañeros y su práctica (con el Partido); ambos pertenecen a niveles de semiclandestinidad orgánica, pero su función es con las masas, no es extraño que den charlas políticas a los obreros, sobre las concepciones democráticas y no dudan en afirmar que la democracia es una alternativa.

Marta con sus ojos saltones en medio de su cara morena y con su cabello negro, sonrió, ¡claro camarada los esperaré hasta que lleguen!

Enrique se despide rápidamente sin esperar respuesta abandonando el local, con sus libros y su cartapacio que nunca deja, este parece parte de su alma.

Marta permanece en silencio, evaluando los planteamientos del Partido, repasando mentalmente los sucesos de la escisión en 1970 de las FPL y el ERP, es el momento de enfrentarlos de nuevo, pero en los campos de las masas populares en plena lucha teórica, las elecciones municipales y de diputados están por realizarse, la Universidad también tendrá que participar” .

Disclaimer

Aquello era un marasmo de situaciones de una enorme crisis social debido en esencia el autoritarismo, el fraude electoral, Golpe de Estado, ausencia democrática, corrupción, represión a todo nivel, persecución política; los libros de Marx y Lenin eran prohibidos, existían grupos armados, pero eran clandestinos, en general era espontaneidad popular, se creía en las elecciones “aún”, pero el fraude de esos años influyó en las siguientes décadas. Lenin era una mención de libros y Marx era fragmentos de pequeñas tesis, ellos eran niveles superiores de educación, en una nación abandonada e iletrada. Lenin al menos iluminó nuestra ignorancia. Los grupos se denominaban Marxistas-Leninistas. Así fue escrito en La primavera salvadoreña recuerda España y no lo niego. amazon.com/author/csarcaralv

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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